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LA TRAYECTORIA DEL ASTURIANO

Fernando Alonso, quince años ya en la élite del automovilismo

El español, mentalmente preparado para no tener un coche competitivo hasta el verano, está ante el reto más difícil de su trayectoria deportiva: ganar su tercer título con McLaren.

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Fernando Alonso, quince años ya en la élite del automovilismo

Talento. La palabra que sobrevive. Poco tiene que ver aquel muchacho, que apenas necesitaba afeitarse que apareció en Albert Park para subirse al Minardi en 2001, con 19 años, con el hombre que ayer saludaba a los amigos con barba cerrada y cerca de los 34. Y es que Fernando Alonso está empezando en este GP de Malaisia su decimoquinta temporada en Fórmula 1, aunque en 2002 no compitió como tercer piloto de Renault tras su debut. Empezó con los de Faenza, después los franceses, su año terrible en McLaren, regreso a una Renault en decadencia, Ferrari en sus mejores años como piloto y ahora de nuevo a McLaren. En números lleva dos títulos mundiales, 32 victorias y 97 podios. No gana el campeonato desde 2006 y su último triunfo en una carrera fue en España 2013, pero es el piloto que más cobra de la parrilla y está considerado el mejor de los mejores.

Pero sí, Alonso ha cambiado. El ganador insaciable ahora tiene paciencia. Tiene una misión: ganar un título con McLaren Honda. Como Senna. Y en ese camino es feliz. Cuesta entenderlo, pero es así. ¿Imaginan a Cristiano Ronaldo empezando la temporada con el Real Madrid después de una lesión y sabiendo que hasta mitad de año no podrá ganar al Getafe o al Celta? Pues en ésas está Alonso. Y está preparado.

Abandonó Ferrari porque cree en el proyecto anglojaponés y había dejado de confiar en el italiano. Así de simple. Pero ayer fue el penúltimo que logró un tiempo. Y es que sabe que hasta el verano le tocará estar en las últimas posiciones. En realidad ésa es la fecha que se ponen en el equipo, pero no porque tengan prevista una evolución importante, es mera estimación del tiempo necesario. De hecho en la escudería, como ya contamos, quieren ser competitivos antes. En estos momentos el motor japonés está aproximadamente a un 60% de su capacidad y cada vez que intentar poner más se rompe. Les sucede algo similar a lo que ocurrió el pasado año a Red Bull con el motor Renault. Pero ellos tenían a Toro Rosso y Caterham para probar. En Honda quisieron comprar Manor, pero no lo hicieron. Error.

El problema es de tiempo. El propulsor es potente si estuviera al máximo, pero no puede por fiabilidad. La aerodinámica es buena como demuestra el GP de Australia solo por detrás de los Mercedes y un Williams. Alonso confía en Peter Prodromou, el ingeniero llegado de Red Bull junto con otros tantos, y en la capacidad de evolución de McLaren. Y en los recursos de Honda. Prefiere ser último un tiempo que estar entre los cinco primeros con el convencimiento de que habrá otros por delante. Confía en su apuesta. “Nos critican ahora y con toda la razón”, reconoce el asturiano. Pero ha aprendido a vivir de las críticas con maldad, a que le alimenten. En su decimoquinta temporada es como si volviera a debutar. Es mayor sí, pero sigue teniendo talento. Y más experiencia. Creamos, una vez más.