Un golazo de Aduriz da una valiosa ventaja al Athletic
Voleón del delantero desde lejos del área, cazó la pelota al vuelo y la envió directa a la red. El Olympique de Míchel apenas tuvo ocasiones.
Estaba el partido como para salir corriendo del Vélodrome, meterse rápido a la cama y cerrar los ojos. Aritz Aduriz, que cuando el Athletic ganó en Augsburgo habló en voz alta de ganar la Europa League, no podía consentirlo. El máximo goleador de la competición cazó de volea un balón tocado de cabeza por Sabin Merino y, desde 30 metros, abrió la puerta grande del magnífico estadio. Su derechazo en parábola hizo inútil la estirada de Mandanda, que no se puede reprochar nada. El león es un astro del remate.
Gracias a su líder, que iguala ya con 26 dianas la mejor temporada de su carrera. el Athletic dio un gran paso hacia octavos en una noche que hasta entonces era gris. Levantó al equipo con su gran ocurrencia y luego Sabin Merino tuvo el 0-2 con un balón que se quedó en la raya de gol tras pegar en Mandanda y el poste. Y el donostiarra no hizo el 0-2 de milagro en el minuto 82 con un lanzamiento ajustado que enmudeció a la grada local.
La puesta en escena del partido había sido desoladora, la misma que ver la mitad del Vélodrome vacío. Cundía el miedo en ambos equipos. Desde luego, ni rastro de la osadía de Bielsa, a quien en alguna ocasión se recordó en la grada. Valverde había reclamado en la víspera que el juego no fuese de ida y vuelta. Sus leones fueron obedientes hasta un punto de extremo. Se impuso el control del juego, un fútbol como para mear y no echar ni gota. Beñat se desesperaba reclamando velocidad con balón a sus compañeros. Sólo De Marcos estiraba al equipo con acierto, pese a comprobar que N’Koudou es na amenaza seria. No hubo un solo tiro entre los tres palos en la primera mitad. Lamentable.
Barrada se durmió en el comienzo de la segunda mitad, cuando Williams estiró a los leones en busca del gol que dejase tocados a los de Míchel. El impresionante voleón de Aduriz hizo que sonase el despertador y entonces sí, los de Valverde se pusieron a la faena y pudieron rematar la eliminatoria. El OM, sujetado por Lass, apenas rozó el empate en un bonito zurdazo de Thauvin que lamió el la escuadra. Para entonces, un millar de seguidores rojiblancos ya cantaban a su rey Aduriz como a un héroe