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ESPANYOL 2 - LEVANTE 1

Burgui y Caicedo brindan por la Copa en el debut de Galca

El pacense se reivindicó y el ecuatoriano, un torbellino, anotó el gol decisivo. El Levante mostró buenas maneras, pero le faltó más acierto en los metros finales.

El centrocampista del Levante Jose Mari intenta rematar ante la oposición del centrocampista del RCD Espanyol Javi López.
El centrocampista del Levante Jose Mari intenta rematar ante la oposición del centrocampista del RCD Espanyol Javi López.ANDREU DALMAUEFE
LALIGA

Si en el Levante amanece progresivamente, con un equipo que podrá ahora dedicarse exclusivamente ala Liga y que con Rubi muestra buen gusto a falta de mayor ‘punch’ en los metros finales, en el Espanyol tal vez aún sea de noche. Pero, como se volvió a corear en Cornellà-El Prat tras semanas o meses de oscuridad, se aspira a una “gran noche”. En su debut, Galca hizo del fútbol matemáticas, y potenció justo la mayor virtud de la actual plantilla perica: el ataque. Un torbellino que solventó el 1-1 de la ida para pasar a octavos de final y estrenar alegrías tras el fulminante despido de Sergio. 

La primera alineación de Galca como entrenador del Espanyol fue toda una declaración de intenciones: repleta de titulares (incluso Pau por Bardi) y la suma de Gerard Moreno, Asensio, Burgui y Caicedo, un combo explosivo. Debió de lamentar Rubi, que sí alineó a bastantes de los habituales suplentes, su mala suerte, por enfrentarse al Espanyol más ofensivo justo en el enfrentamiento más decisivo de los tres que han mantenido en 12 días. Nada que ver este duelo con los anteriores: hubo fútbol de toque, intención de salir con el balón jugado y combinar por parte de ambos conjuntos y mucha presión. 

Pero el primer tanto de la era Galca no llegó en una acción combinativa, sino de falta: como si de un homenaje al entrenador se tratase, aunque fuera obra del Levante. En el 8’, Verza —ex del Almería, como el rumano— apuntó a la escuadra, por encima de la barrera, y anotó un golazo, precedido por una falta de Gerard. Los errores individuales no se solventan en dos entrenamientos, y el Espanyol sigue cometiéndolos. 

Lo que sí ha mejorado en solo 24 horas es su coraje, su intensidad, sus ganas de gustar. Y así fue como empataron los pericos, en el 15’, en una combinación entre Asensio y Burgui, templanza y nervio, con el que el pacense se reivindicó en tiempo récord. Ni en sus mejores sueños. El propio Burgui reclamó más tarde un penalti por presunto derribo de Iván López, síntoma de que el Levante se acercó pero el Espanyol pegó más: Diop, Caicedo y Asensio se toparon con Mariño, que iba para héroe granota igual que en la ida. 

Pero la suerte del portero se apagó en el 52’, cuando resolvió Caicedo ajustando al palo un chut tras escabullirse entre Navarro y Juanfran. El 2-1, exhibición de mordiente ante un Levante que nunca renunció a la eliminatoria. La tuvo el canterano Traver a poco de ingresar, y Juanfran de cabeza, pero las atajó Pau. Incluso le dio tiempo a Mariño a lucirse de nuevo ante Caicedo. A los granota les quedó la nota positiva del debut de Pepelu, de 17 años. Y al Espanyol, el pase. A ambos, la esperanza de un futuro mejor.