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CORRUPCIÓN FIFA

El Eje Putin-Blatter frente a Angela Merkel, Cameron y el FBI

La FIFA elige hoy presidente en un clima de tensión geopolítica. Putin acusó a EE UU de querer “boicotear” el Mundial de Rusia. Los aliados de EE UU piden la dimisión de Blatter.

Con manifestaciones en la puerta del Congreso y el teléfono rojo echando humo, la FIFA abrió su 65 Congreso con música, bailarinas y discursos mirando al tendido. Blatter acudió a la cita con su compañera.
Con manifestaciones en la puerta del Congreso y el teléfono rojo echando humo, la FIFA abrió su 65 Congreso con música, bailarinas y discursos mirando al tendido. Blatter acudió a la cita con su compañera. Getty

La FIFA elige hoy presidente en medio de un ambiente de guerra civil interna y de alta tensión geopolítica externa. Platini abrió el fuego con una declaración fulminante: “Blatter me da dolor de estómago”. El presidente de la UEFA le pidió la dimisión “en su cara”, pero el octogenario presidente se hizo el sueco. Por la tarde ratificó que hoy estará en la carrera frente al príncipe jordano Ali bin Hussein, al que entre otros países apoyarán potencias como Inglaterra, Alemania y Estados Unidos.

La bronca traspasó fronteras, y los límites del deporte. La cosa se puso seria de verdad de buena mañana, cuando el presidente de Rusia acusó a Estados Unidos de “tratar de impedir la reelección de Blatter y el Mundial de 2018 en mi país”. Putin acusó a la Fiscal General de Estados Unidos, Loretta Lynch, de “imponer sus jurisdicción a los demás” y de haber enviado al FBI y a la Policía de Suiza a detener a los ocho directivos de la FIFA en la víspera de su 65 Congreso para “boicotear Rusia-2018”. Las acusaciones de Putin no tardaron en ser respondidas por algunos de los principales líderes mundiales. David Cameron, primer ministro de Inglaterra, no se mordió la lengua: “Blatter debe dimitir”. Su ministro de Deportes, el conservador John Whittingdale, anticipo que “el voto inglés será para el príncipe Ali. Además, si gana Blatter, el presidente de la FA, David Gill, dimitirá de su cargo como vicepresidente de la FIFA”. Frente al Eje Putin-Blatter también se alinearon como aliados Francia, Alemania y Australia. ¡Caray!

Hollande. El presidente francés François Hollande dijo en Limoges que “la ética es el primer valor del deporte, dentro y fuera del terreno de juego. Exijo que las organizaciones que lo controlan sean innegables, inmaculadas e incorruptas”. Hollande no dio nombres, pero tampoco hacía falta. La canciller alemana Ángela Merkel, envió a su ministro de Exteriores, Frank-Walter Steinmeier, a dejar las cosas claras: “El veneno de la corrupción ha invadido la política y el deporte, que se ha contaminado. Hay que limpiar las cañerías de la FIFA”. Una declaración contundente, y más para un profesional de la diplomacia. Australia, por medio del presidente de su Federación, Frank Lowy, tomó idéntica postura: “Votaremos a Hussein porque Blatter no puede seguir donde está”. De los países que se pronunciaron, sólo Suiza, neutral por vocación, le echó un capote a Blatter. Lo hizo su ministro de Deportes, Ueli Maurer, que abrió la sesión plenaria. “En la FIFA hay corrupción, pero algunos de los culpables ya están en prisión y Blatter no puede ser el chivo expiatorio”. Y ya, para ponerle la guinda al enredo, hasta la ONU se animó a intervenir. Su portavoz, Stephane Dujarric, dijo que iban a revisar “todas nuestras alianzas con la FIFA”.

Mientras tanto, los ocho encarcelados el miércoles (siete en Zúrich y un octavo en Trinidad y Tobago) por organización mafiosa, fraude masivo y blanqueo de capitales en suelo estadounidense (parecidos cargos por los que Al Capone acabó entre rejas), permanecen en prisión, incomunicados. Pero aún así, Blatter afirmó en la apertura del Congreso que “habrá otras malas y puede que incluso peores noticias”. Los presidentes de las federaciones, Villar entre ellos, se llevaron otro sobresalto. Nadie se fía de nadie. Cualquiera puede ir provisto de un llavero-grabadora como el que Chuk Blazer, el confidente, usó para llenar de pruebas el zurrón del FBI.

Y en este ambiente interno y externo, a votar. El proceso es simple. Voto directo y secreto. Esto último es importante, porque Blatter, que era favorito indiscutible, ahora tiene sus dudas. Después de lo que ha pasado, y pese a las promesas, sus presidentes pueden ponerle una vela a Dios y otra al diablo. Son 209 votos (África, 54; UEFA, 53; Asia, 46; CONCACAF, 35; Oceanía, 11 y CONMEBOL, 10). El ganador necesita dos tercios en la primera votación o mayoría simple en una segunda vuelta. Blatter contra Ali. Porque los demás se quedaron por el camino, Figo entre ellos. Fernando Gomes, presidente de la Federación de Portugal, hizo en su nombre el canto del cisne: “Figo lo tenía y lo tiene todo para ser un gran presidente”.