La intrahistoria
El césped del Veltins Arena está en mal estado por las heladas
El tapete retráctil del moderno estadio del Schalke presenta un mal aspecto y, pese a los cuidados de los últimos días, todo hace indicar que el Madrid sufrirá en Gelsenkirchen.
El césped del Veltins-Arena no es la madriguera del Calderón, pero no le falta mucho. El tapete retráctil del moderno estadio del Schalke presenta un mal aspecto y, pese a los cuidados de los últimos días, todo hace indicar que el Real Madrid sufrirá en Gelsenkirchen. El campo de juego se encuentra depositado en el exterior del estadio gracias a unos sofisticados carriles que lo transportan por completo. Se consigue gracias a unas guías de 25 centímetros de ancho y 300 metros de largo para optimizar las escasas horas de sol en la ciudad y mantener la cubierta cerrada al mismo tiempo. El inconveniente radica en que cada vez que se activa la entrada y salida del césped, el coste se eleva a unos 12.000 euros y tarda unas 12 horas (cuatro horas tarda el techo en cubrirse por completo). Por lo tanto, el césped duerme a la intemperie y sufre las severas heladas de la ciudad de Gelsenkirchen. Este moderno sistema permite al Schalke rentabilizar su estadio alquilándolo para otros eventos como la prueba de biatlón de invierno que tuvo lugar el pasado mes de enero en este mismo escenario.
Con capacidad para 62.000 espectadores, el Veltins-Arena fue inaugurado en 2001. Financiado por la marca cervecera (180 millones de euros) es uno de los estadios más modernos del mundo. Se encuentra construido en paralelo a los túneles de dos gigantescas minas de carbón que se extienden 800 metros bajo la ciudad. Por debajo del césped hay tuberías de cerveza que transportan unos 45.000 litros por partido. Hay dos estadios más que sacan su campo de juego del mismo: el Sapporo Dome y el estadio de la Universidad de Phoenix.