El Barça pone cerco al récord de los cien puntos de Mourinho

A la chita callando y sin estridencias, el Barça mantiene vivo el reto de igualar el récord de los cien puntos en la Liga que el Madrid de Mourinho consiguió la temporada pasada. Ayer dio un pasito en este sentido al ganar por 2-1 en un ejercicio tan impecable como funcionarial a un Valladolid que tampoco se jugaba nada en el envite.

La lluvia y un tiempo de perros restó brillantez a lo que tenía que ser un partido de celebración, De hecho, sólo acudieron al Camp Nou 56.055 espectadores, la peor entrada de toda la Liga, lo que le restó jarana a un título que puede acabar en récord. De hecho, si el Barça superase al Espanyol en la próxima jornada y el récord dependiera del último partido ante el Málaga, ese día sí que se viviría el partido como si de verdad se celebrara algo.

Puede que Vilanova diseñara su alineación pensando en alcanzar esos cien puntos, algo que calificó en la previa como una “motivación, nunca un objetivo” o que quisiera darle a los jugadores que han llevado sobre sus espaldas la mayor parte de la temporada. Lo cierto fue que el equipo inicial del Barcelona fue el de las vacas sagradas, en el que no hubo sitio ni para Bartra, ni para Song ni para Tello.

No tener partido entre semana le ha servido al Barcelona para que algunos de sus jugadores que llegaron al tramo decisivo de la Champions con el depósito en reserva hayan recuperado cierta frescura. Esta circunstancia, unida a la pobre oposición que opuso el Valladolid, resultó un caldo de cultivo perfecto para un partido más que plácido para el Barça, que dominó el encuentro a placer del primer al último minuto si exceptuamos el pequeño susto final que supuso el gol de penalti de Víctor a los 88 minutos.

El Valladolid es un equipo que para exhibir su mejor juego necesita la pelota y ayer el Barcelona se la escondió. Los de Djukic, que han realizado una campaña más que meritoria, ante la ausencia de la pelota, no tienen un plan B al que aferrarse más allá de no cometer errores.

Y para su desgracia, el error ante el Barça, y más siquieres jugar como el Barça, no tardó en llegar. Rueda se equivocó al querer dividir la presión del Barcelona en la salida del balón por el carril central y entregó inocentemente el balón a Xavi, que asistió a Pedro, quien se reencontró con el gol en colaboración con el portero Jaime, al que se le escurrió el esférico bajo el cuerpo.

Con el 1-0, el Barcelona jugó a favor de obra. Mascherano y Piqué se bastaban para tener controlado cualquier intento de Óscar o de Javi Guerra, mientras que en el centro del campo, el trío Busquets, Xavi e Iniesta gobernaba el partido a su antojo. No obstante, la falta de verticalidad y de veneno en los metros finales, corregida y aumentada por la ausencia de Messi, se hizo notar. Pecó de bizcochón el Barcelona en los metros finales.

Tanto fue así, que el segundo gol barcelonista llegó en un desafortunado remate del ex barcelonista Marc Valiente que al tratar de despejar un saque de esquina coló la pelota en su portería. El partido estaba visto para sentencia.

En la segunda parte, sin hacer demasiado ruido, el Barça, especialmente mediante un bullicioso Pedro, pudo haber ampliado la diferencia, pero Jaime estuvo acertado en sus intervenciones haciendo olvidar su primera parte.

Ni el penalti final, magníficamente transformado por Víctor ofreció unos minutos de agobio para la portería de un Valdés que de nuevo fue aclamado por el público del Camp Nou. El gol, fue un susto momentáneo. Con sigilo, el Barça ya tiene 94 puntos. A seis de igualar la gesta de Mou.