Sergio Llull al rescate: 28 puntos, 14 en el último cuarto

Con la secuencia de un partido cada 48 horas, al playoff no le falta ni emoción ni tampoco alternativas, es posible que asistamos a finales agónicos, pero no podemos pedir un juego brillante. Será difícil ver más aciertos que errores. Hay que tenerlo claro. Y en medio de ese panorama, Sergio Llull es una joya de incalculable valor. El único jugador en esta Liga capaz de acudir una y otra vez al rescate de su equipo. Sin desmayo y sin haraganear un solo día. Siempre puntual a la cita. Si el domingo ante el Andorra fueron 12 puntos en el último cuarto, esta vez sumó 14, 28 en total para romper el inquietante empate a 52 (62-54). Se quedó a dos de su récord personal: 30 al Panathinaikos el pasado noviembre.

Llull al margen, y aunque viéramos a dos equipos cumplidores, en el fondo esperábamos bastante más del Madrid y del Unicaja. El Real mostró su mejor cara colectiva entre el minuto 5 y el 16 con Nocioni desatado (30-11 de parcial y dominio absoluto del rebote). Antes, buen arranque malagueño con Jamar Smith rasgando al rival con sus penetraciones. Rompía y asistía (6-12). Y luego, gran reacción de los de Plaza (4-20), que les colocó tres arriba: del 36-23 al 40-43. Habían cerrado la brecha bajo su tablero y empezaban a abrir una en aro ajeno mientras Smith reaparecía. Más tarde Nedovic.

Al último cuarto se entró con todo en el aire: 52-52 y entonces… ya lo saben. De nuevo Sergio Llull. ¡Otra vez él! Diez puntos en menos de dos minutos y 14 hasta el final. Su canasta más espectacular llevó al balón a pasearse por el travesaño y a caer limpia. “Hemos creado un monstruo”, resumía Joan Plaza de una manera exquisitamente literaria. Más de dos temporadas juntos. El Increíble conectó con Hunter (cinco tantos en ese tramo) y entre los dos acapararon toda la anotación blanca del último cuarto (19).

Los de Laso erraron 18 de los 23 triples que intentaron y volvieron a echar en falta a Doncic y a Rudy. Cero puntos los dos. Y cero Carroll. Y poco más Randolph. Al menos asomó Nocioni (¡qué dos tapones!). Y por ahí estaba Ayón. En el Unicaja también faltó pegada (44% de dos y 29% de tres), incluso desde la personal (65%). El viernes, segundo asalto.