Bourousis (37 valoración) se 'venga' de un Madrid en apuros

Ante Tomic salió del Madrid en 2012 rumbo al Barça y pronto se convirtió en el mejor pívot ofensivo de Europa. Giannis Bourousis dejó el equipo blanco el pasado verano y ya es la sensación del curso con permiso de Justin Hamilton (Valencia). Camino del MVP mientras levanta al Laboral Kutxa. Los pívots grandes, que necesitan el balón al poste y carecen de una buena movilidad defensiva, se atascan en los sistemas de Pablo Laso. Sin embargo, con semejante talento y en otra estructura de equipo firman exhibiciones como la del griego este domingo.

Bourousis sumó 24 puntos, 8 rebotes, 3 robos y 10 faltas recibidas para 37 de valoración en 26 minutos. Decisivo junto a la aportación de otro interior, Kim Tillie (15 tantos y 6 capturas), y el demarraje final del eléctrico Mike James (otros 15). Primero cargó de faltas a Maciulis, que acudía raudo al dos contra uno, luego superó a Ayón y también a Reyes en el mano a mano. Un martillo pilón, implacable en el rebote defensivo.

Destrozó a su exequipo en las alturas, a un Madrid en apuros que alcanza su décima derrota en partido oficial y todavía anda en fase de ajustes. Dio la cara, sí; aunque se la partieron en el desenlace. Bourousis y James, pero también un par de acciones de Blazic (triple y un rebote ofensivo con falta). Añadan unos cuantos fallos atrás en situación límite. Nada de extrema gravedad. Para los funambulistas, no obstante, cualquier error es letal. Y el Real sigue ahí, en el alambre, adaptando a los nuevos y capeando lesiones.

Por mucho que saque pecho y muestre escudo, las bajas de Llull y Rudy no se alivian con un chasquido de dedos. A esa inestabilidad se une que Reyes anda ya de bajón tras el Eurobasket. Y Ayón amenaza con seguirle los pasos tras otro verano cargadito. Sin la frescura de mente de hace unas semanas. Mientras, Willy Hernangómez continúa castigado desde el Clásico. A cambio Nocioni volvió a aparecer, Carroll se mantuvo certero y Ndour firmó los primeros minutos útiles. Los tres, el grupo entero, al mando de un líder, de Sergio Rodríguez. Sus 20 puntos, 10 en el último cuarto, no bastaron. No, porque Blazic metió un triple vital con 68-72 y James añadió diez tantos en ese tramo. Las pérdidas blancas (16 en total) y el rebote ofensivo (15 rechaces baskonistas) hicieron el resto. Rugió Bourousis en revancha personal. Y rugió un Buesa Arena pletórico: 15.544 espectadores. Nuevo récord de público en un partido de Liga.