Bendita locura la que se vivió entre el Manchester City y el Mónaco en la ida de los octavos de final. Un despliegue de fútbol ofensivo por parte de dos conjuntos que compensaron sus errores flagrantes en la parte defensiva con sus aciertos en ataque. 

Guardiola ante las numerosas bajas, no le quedó otra que poner a Fernandinho de lateral izquierdo. El experimento no salió y el City fue un coladero en defensa. Los dos primeros goles monegascos dejaron en evidencia las lagunas que tiene este equipo en la parte de atrás.

Falcao volvió a revindicarse como delantero élite con un partido de mucho empaque donde marcó dos goles, uno de una belleza extrema. A pesar de esto el City se repuso y remontó un 2-3 en contra en la segunda mitad gracias a un partido inmenso del Kun Agüero.

Al final 5-3 para los de Guardiola, en un partido que no se olvidará fácilmente en la retina del aficionado. El resultado y lo visto en el encuentro augura una vuelta en Mónaco todavía muy abierta.