Jugadores de los Jets explotan contra el dueño Woody Johnson en informe de la NFLPA

La historia de los New York Jets en la última década y media ha sido una de constantes decepciones y frustraciones. Desde su última aparición en los playoffs en 2010, el equipo ha acumulado temporada tras temporada de resultados negativos, consolidando la racha activa más larga sin postemporada en la NFL. Este prolongado período de bajo rendimiento ha generado descontento no sólo entre los aficionados y los medios de comunicación, sino también dentro del propio vestuario del equipo.

Recientemente, la Asociación de Jugadores de la NFL (NFLPA) publicó su informe anual de equipos, basado en encuestas a 1,695 jugadores que evaluaron a sus respectivas organizaciones en diversas categorías. Sorprendentemente, los New York Jets se ubicaron en la posición 29 de 32 equipos, una caída significativa desde el puesto 21 obtenido en 2023.

Lo más destacado del informe fue la calificación de ‘F’ otorgada al propietario Woody Johnson, siendo el único dueño en toda la liga en recibir una puntuación tan baja. Los jugadores señalaron “problemas percibidos de liderazgo superior”, describiendo la situación como “problemas de arriba hacia abajo”. Esta evaluación refleja una profunda insatisfacción con la dirección y cultura organizacional impuesta por la gerencia.

Uno de los puntos más críticos mencionados en el informe fue el manejo del programa de alimentación del equipo. En lugar de abordar las preocupaciones previamente señaladas, la administración decidió recortar el presupuesto destinado a la alimentación, a pesar de las bajas calificaciones recibidas en 2023. Además, el equipo no retuvo a su dietista de larga data, quien posteriormente fue contratado por los Kansas City Chiefs. Curiosamente, tras esta incorporación, los Chiefs experimentaron una mejora notable en las calificaciones de su programa de alimentación y nutrición. Los jugadores de los Jets elogiaron al nuevo dietista, pero enfatizaron que el programa de alimentación sigue siendo una de las áreas que más necesita mejoras.

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La temporada 2024 fue particularmente tumultuosa para los Jets. Las expectativas eran altas cone campo Aaron Rodgers, un movimiento que muchos esperaban que revitalizara al equipo y lo condujera de regreso a la postemporada. Sin embargo, tras un inicio de 2-3, el propietario Woody Johnson tomó la decisión sin precedentes en sus 25 años al frente de la franquicia: despidió al entrenador en jefe Robert Saleh en medio de la temporada. Esta acción, lejos de estabilizar al equipo, pareció sumirlo en una mayor incertidumbre. Jeff Ulbrich, quien asumió como entrenador interino, no logró revertir la situación, y los Jets concluyeron la temporada con un récord de 5-12. Además, Johnson se involucró más en las decisiones de personal, lo que generó tensiones adicionales dentro de la organización.

La frustración de los jugadores es palpable. La percepción de una “cultura de miedo” y la falta de respuesta adecuada a las preocupaciones planteadas han erosionado la confianza en la gerencia. La calificación de ‘F’ otorgada a Johnson no solo es un reflejo de su desempeño como propietario, sino también una señal de alarma sobre la dirección en la que se encamina la franquicia. La racha de 14 años sin playoffs no es solo una estadística; es un testimonio de problemas estructurales profundos que requieren atención inmediata.

En respuesta a las críticas, Woody Johnson reconoció públicamente la necesidad de introspección y cambio. “Sin duda, tengo que mirarme al espejo y ser un mejor propietario”, declaró durante la conferencia de prensa en la que se presentó al nuevo entrenador en jefe, Aaron Glenn, y al gerente general, Darren Mougey. Este reconocimiento es un primer paso, pero las palabras deben traducirse en acciones concretas para restaurar la confianza y credibilidad tanto dentro como fuera del campo.

La historia reciente de los Jets es un recordatorio de que el talento individual y las adquisiciones de renombre no garantizan el éxito si no están respaldados por una cultura organizacional sólida y un liderazgo efectivo. Para que los Jets puedan romper con la inercia de temporadas perdedoras y aspirar nuevamente a la postemporada, es imperativo que se realicen cambios estructurales profundos.

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