¿Puede Terence Crawford vencer a Canelo Álvarez en su pelea hoy en Las Vegas?
Crawford llega invicto, pero subir dos divisiones ante Canelo es casi imposible


Las luces del Allegiant Stadium, casa de los Raiders, se encienden para una función de boxeo por primera vez en su historia. En lugar de cascos plateados y tacleadas, un ring preside el inmueble de Las Vegas. Allí se disputará un pleito de 200 millones de dólares repartidos entre Saúl Canelo Álvarez y Terence Crawford, en una velada transmitida por Netflix a nivel global. Es el show más caro del año, la pelea que busca romper barreras de audiencias y negocios, pero cuya esencia se reduce a una pregunta: ¿es Crawford un peligro real para Canelo?
La barrera de las divisiones
Terence Crawford ha sido un campeón notable. Lo ganó todo en ligero, barrió el superligero y se adueñó del welter, donde derrotó con autoridad a Errol Spence en 2023 para proclamarse campeón indiscutido. Pero la apuesta que lo trae a Las Vegas no tiene precedentes recientes: subir dos divisiones completas para enfrentar a un Canelo consolidado en las 168 libras.
En el boxeo, los saltos abruptos casi nunca prosperan. De acuerdo con los registros de BoxRec y el archivo de The Ring, en los últimos 30 años apenas cuatro campeones que subieron dos categorías consiguieron victorias significativas en su primer intento. La mayoría terminó expuesta por la diferencia de tamaño.
Mikey García llegó invicto a 39 peleas y se atrevió con Errol Spence en 2019 tras brincar del ligero al welter; terminó derrotado con claridad, incapaz de penetrar una muralla física. Adrien Broner, alguna vez llamado “el nuevo Mayweather”, nunca volvió a ser el mismo tras forzar saltos de división. Incluso Sugar Shane Mosley, que brilló en ligero y welter, sufrió cuando se midió a rivales con talla natural en superwelter y medio.
Canelo, dueño de las condiciones
Canelo no sólo reina en supermedianos. Probó su fuerza en semicompletos y aunque perdió con Dmitry Bivol en 2022, demostró que puede competir con hombres naturalmente más grandes. Esa experiencia lo blindó. Regresó a las 168 libras y defendió con autoridad sus cuatro cinturones.
Álvarez promedia golpes de poder de 10 a 15 libras más pesados que los rivales welter de Crawford. Y en resistencia, su quijada ya resistió la pegada de Gennadiy Golovkin, Sergey Kovalev y del propio Bivol, todos con más peso natural que el estadounidense.
Mike Tyson lo resumió sin adornos.
“Crawford puede ser más boxeador, pero el poder está del lado de Canelo”. Esa declaración encierra la narrativa del pleito. La técnica puede equilibrar, pero el tamaño y la fuerza son constantes inamovibles.
Crawford llega con 40 peleas, 31 nocauts y el título de invencible. Su capacidad para cambiar de guardia en pleno combate, su jab preciso y su instinto para ajustar estrategias lo convirtieron en el mejor libra por libra de muchos rankings. Sin embargo, nunca enfrentó a un rival con las dimensiones de Álvarez. Su pelea más mediática, contra Spence, fue en 147 libras; ahora, deberá cargar con 21 más en la báscula.
Canelo Álvarez and Terence Crawford nearly 10 hours after this morning's official weigh-in 👀#CaneloCrawford
— Netflix Sports (@netflixsports) September 13, 2025
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Ese salto no es sólo numérico: significa intercambiar golpes con un hombre que ya no improvisa nada. Eddy Reynoso, al frente del Canelo Team, eligió a Crawford con cálculo. El riesgo de derrota dramática es mínimo y la recompensa mediática, enorme.
Para evitar que la pelea se convierta en un vals de desplazamientos, como ocurrió con William Scull, los promotores copiaron un recurso de la UFC al otorgar un bono de seis cifras al boxeador que logre un nocaut.
Aun así, la fórmula no es sencilla. Canelo deberá cerrarle las salidas a Crawford, lo que no pudo hacer frente a Scull. Si el estadounidense logra mantener la distancia, podría frustrar al mexicano. Pero para ganar necesitará un golpe de poder.
El ascenso de dos divisiones ha sido un atajo hacia la derrota en la mayoría de los casos. Sólo figuras con condiciones excepcionales lo hicieron con éxito: Sugar Ray Leonard en 1988, Manny Pacquiao en su escalada gradual por ocho categorías, o Roberto Durán en los setenta. Todos ellos construyeron esos retos paso a paso.
La sentencia
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El Allegiant Stadium recibirá un espectáculo único: dinero récord, Netflix como vitrina global y dos de los mejores libra por libra frente a frente. Pero en términos deportivos, la pelea está marcada por el desequilibrio. Crawford encarna la ilusión de lo imposible; Canelo, la certeza de la fuerza probada.
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