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Diseño biofílico: la tendencia que permite vivir y trabajar mejor

En un mundo en el que vemos limitada nuestra libertad de movimiento debido a la pandemia provocada por el SARS-CoV-2, existen formas de estar en contacto con la naturaleza y aliviar la carga emocional.

Diseño biofílico.

No hace falta buscar un paraje recóndito para evadirse de los problemas o mejorar el estado de ánimo. Sería lo ideal, pero no todo el mundo puede hacerlo y menos con la frecuencia deseada en tiempos de pandemia. La irrupción del SARS-CoV-2, causante de la COVID-19, nos ha obligado a recluirnos más de lo deseable, pero en épocas de crisis también surgen nuevos enfoques que pretenden aliviar la carga.

Tal es el caso de la arquitectura biofílica, una tendencia al alza que busca introducir y emular la naturaleza en cualquier espacio, ya sea en viviendas, espacios públicos o edificios. Los expertos afirman que este tipo de diseño mejora nuestra salud, nuestra productividad y nos ayuda a ser más felices.

“Esta tendencia arquitectónica adquiere más importancia cada día con estudios que demuestran que el 90% de nuestro tiempo estamos en interiores cerrados, ya sea en nuestras casas o en oficinas. Esto ha derivado a que exista el denominado Síndrome por Déficit de Naturaleza (SDR), que es uno de los males del nuevo siglo. Cada vez estamos más conectados a la tecnología y más desconectados de la naturaleza. Por eso la importancia de convivir en un ambiente que respire naturaleza en cada espacio”, explica Laura Gärna, directora de Gärna Estudio.

Fue el periodista y escritor estadounidense, Richard Louv, quien acuñó en 2008 el término por primera vez en su libro 'Last Child in the Woods' (El último niño de los bosques), donde expone tanto los beneficios del contacto con la naturaleza como las consecuencias de su ausencia.

“En este sentido, la arquitectura biofílica incorpora características del mundo natural en espacios construidos, como agua, vegetación y luz natural, o elementos como la piedra o la madera. Fomentar este uso de sistemas naturales en el diseño permite la exposición a la naturaleza y, a su vez, estos enfoques de diseño mejoran la salud y el bienestar, teniendo de esta forma una larga lista de beneficios”, añade Gärna.

¿Cuáles son los principales beneficios del diseño biofílico?

Diseño biofílico y alternativas

  • La reducción de la variabilidad de la frecuencia cardíaca y la frecuencia del pulso.
  • Mejora el manejo del estrés.
  • La disminución de la presión arterial.
  • El aumento de la actividad en nuestro sistema nervioso.
  • En espacios de trabajo, como oficinas o escuelas, este tipo de diseño aumenta el bienestar y, a su vez, el rendimiento de trabajadores y alumnos.

Otras formas de combatir la ausencia de naturaleza

Aún siendo totalmente consicientes de que nada puede sustituir los beneficios del contacto directo con la naturaleza y ni mucho menos llenar los ojos de belleza de la misma manera, lo cierto es que la ciencia respalda la adopción de prácticas algo más artificiales. Estas son algunas de ellas:

Diseño biofílico y alternativas

  • Píldoras de naturaleza: un estudio a cargo de expertos de la Universidad de Michigan (EEUU) asegura que basta con unos 20 minutos de paseo o sentarse en un lugar que haga sentir en contacto con la naturaleza para reducir los niveles de cortisol, la hormona responsable del estrés.
  • Documentales de naturaleza: una reciente investigación de la Universidad de Exeter en Inglaterra concluye que ver programas de naturaleza de alta calidad puede mejorar el estado de ánimo de las personas, reducir las emociones negativas y ayudar a aliviar el tipo de aburrimiento asociado con estar aislado en interiores
  • Realidad virtual: la misma investigación inglesa también ha demostrado que experimentar la naturaleza en la realidad virtual podría tener beneficios aún mayores, impulsando sentimientos positivos y aumentando la conexión de las personas con el mundo natural.
  • Vivienda con vistas: otra investigación, en este caso de la Universidad de Plymouth (Reino Unido) concluye que se puede reducir la tentación respecto a determinados hábitos poco recomendables como el beber alcohol, fumar o comer alimentos con un escaso valor nutricional sin necesidad de que la actividad física esté involucrada en la ecuación. Tener acceso a un jardín estaba asociado con una menor fuerza de deseo y frecuencia, mientras que las vistas residenciales que incorporaban más del 25% de espacio verde provocaban respuestas similares.