Abuso de sustancias

Heather Locklear ('Melrose Place') no irá a la cárcel y sí a un centro de salud mental

La actriz ha evitado la pena de cárcel en un juicio en el que ha reconocido 8 delitos menores y en el que el juez le ha impuesto 30 días de tratamiento.

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Heather Locklear ('Melrose Place') no irá a la cárcel y sí a un centro de salud mental

La actriz Heather Locklear ha conseguido evitar la cárcel después del juicio en el que estaba acusada y tras las dos detenciones que protagonizó en 2018, aunque tendrá que ingresar en un centro de salud mental durante 30 días. Locklear es conocida por sus papeles en 'Melrose Place' y 'Dinastía', y el pasado año provocó dos incidentes por culpa, supuestamente, del consumo de sustancias contra el que lleva luchando varios años.

El primero de los arrestos se produjo en febrero y se debió a que la actriz habría atacado primero a su novio y posteriormente a un agente de policía. En el segundo, según apunta el portal estadounidense TMZ, atacó de nuevo a otro policía que había acudido por una llamada alertando de los disturbios que estaba provocando una ebria Locklear y en esta ocasión también agredió a un miembro del equipo médico de emergencias.

En el juicio, la actriz no ha negado los 8 delitos menores a los que se enfrentaba, incluyendo seis por agresiones a la autoridad, y ha sido condenada a 30 días en un centro de salud mental evitando así su ingreso en prisión durante cuatro meses. No obstante, si no se inscribiera en el tratamiento antes del 6 de septiembre, tendría que enfrentarse sí o sí a la pena de cárcel.

De igual manera, y siguiendo la información de TMZ, Locklear quería asumir la responsabilidad por sus actos delictivos y así obtener ayuda para que semejantes problemas no se repitan en el futuro. Cabe señalar además, que la actriz estará tres años bajo libertad condicional no supervisada, y no puede poseer armas, alcohol ni medicamentos no recetados.

La mujer que dio vida a Amanda Woodward en 'Melrose Place' lleva varios años intentando librarse de su adicción a los medicamentos y superar severos trastornos mentales. Después de su divorcio hace más de diez años, sufrió ansiedad y depresión y en ese fatídico año fue víctima de un accidente de tráfico por conducir bajo los efectos de medicamentos. Ya en 2012 fue ingresada por mezclar alcohol y pastillas, y en 2017 por fin entró en una clínica de rehabilitación. Todos estos episodios se ven agravados por sus amenazas suicidas y por sus ataques a sus padres cuando intentaban ayudar a su hija.