Swiatek manda en París

Iga Swiatek va camino de ser la Rafa Nadal del tenis femenino en Roland Garros. Desde luego, está a tiempo de emular al español en cuanto a número de títulos (14), porque lleva cuatro y solo tiene 23 años. A quien tiene más cerca es a la plusmarquista femenina, la estadounidense Chris Evert (7). Este sábado consiguió el cuarto al barrer en la final a la entusiasta Jasmine Paolini, que pese a jugar a toda velocidad desde el principio (break incluido), no puedo evitar perder por 6-2 y 6-1 en 68 minutos contra la número uno del mundo.

Swiatek, ganadora ya de cinco majors (sin fallo en finales), contando con el US Open 2022, igualó un hito que solo otras dos jugadoras habían alcanzado en la Era Open (desde 1998): levantar tres veces consecutivas la Copa Suzanne Lenglen. Antes que ella lo lograron la serbia Monica Seles (1990-92) y la belga Justine Henin (2005-07). No hay que olvidar, no obstante, que la polaca estuvo a punto de irse para casa en la segunda ronda, cuando tuvo que salvar un punto de partido contra la japonesa Naomi Osaka. Desde entonces, todo fue más fácil para ella, ya que apenas cedió 17 juegos para hacerse con el campeonato en una plaza en la que acumula 21 victorias seguidas, la tercera mejor racha en el torneo femenino, tras la de Evert (29 entre 1974 y 1981) y Seles (25 entre 1990 y 1996). Adelanta a la alemana Steffi Graf (20 entre 1987 y 1990). Desde 2020, ninguna mujer ha ganado más partidos (72) de Grand Slam que ella.

Emoción

Tras escuchar el himno de su país con los ojos cerrados, Swiatek recibió el trofeo de manos de Evert y de Martina Navratilova, otra leyenda del tenis. “Perdón, me escucho a mí misma”, dijo la vencedora al iniciar su discurso. “No podría estar aquí al nivel más alto sin mi equipo y mi familia”, continuó. “Quiero volver aquí siempre”, prometió antes de ponerse nerviosa. “Casi me voy en la segunda ronda y gracias al público seguí en un torneo que ha sido muy emocionante para mí”, concluyó.

Poco antes, Paolini había asegurado que los últimos días habían sido “los mejores” de su vida. Y no es para menos, porque no había pasado de segundas ronda en Roland Garros antes de este año ni ganado seis partidos seguidos en tierra. Y se irá de Italia como finalista del cuadro WTA y puede que como campeona de dobles, porque este domingo juega la final con su compatriota Sara Errani, que fue finalista de individuales en 2012, contra la americana Coco Gauff y la checa Katerina Siniakova. Aunque indiscutiblemente, en París manda Swiatek.

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