Alcaraz supera un cortocircuito para avanzar en París

En un Grand Slams no hay días malos, hay días de victoria o de derrota. No vale otra cosa. Afortunadamente para él, Carlos Alcaraz lo entendió así este miércoles en Roland Garros y superó un cortocircuito, que podría haber sido grave, para vencer a Jesper de Jong por 6-3, 6-4, 2-6 y 6-2 en 3h09. Después de asegurar el triunfo 175 de su carrera, el viernes se enfrentará en tercera ronda al ganador del duelo entre Sebastian Korda y Soonwoo Kwon, que tendrán que completar su duelo el jueves. El estadounidense ganaba por 5-4 al coreano cuando la lluvia, incesante, aplazó tanto su partido como todos los de las pistas sin techo retráctil (solo lo tienen la Philippe Chatrier y la Suzanne Lenglen).

Alcaraz jugó bien los dos primeros sets, con una elegancia que contrarrestó la temerosa potencia de su drive, pero en el tercer set y buena parte del cuarto se desmoronó por completo y falló muchísimo (47 errores no forzados, 26 de ellos con la derecha) hasta que su rival, neerlandés de 23 años y 175º del mundo, que había tenido que jugar la previa, se quedó sin gasolina y cedió. Los fisios habían tenido que atenderle un par de veces para masajearle los muslos. Esa ventaja física salvó a Carlitos de una agonía que podría haberse alargado.

Un rival inesperadamente bueno

De Jong demostró buena mano y conocimiento táctico del tenis. Buscó con insistencia el revés de Alcaraz y le hizo varias dejadas muy bien ejecutadas. En la red también brilló a la altura del murciano de 21 años. Sorprendente, nada que ver con JJ Wolf (anterior oponente de Charly), porque nadie esperaba que con un bagaje de siete partidos ATP, solo dos de ellos sobre tierra batida en cuadros finales, pudiera hacer frente a un astro del deporte de la raqueta.

“En estos torneos, cualquier jugador puede ponerte en problemas. Tienes que estar centrado en cada ronda, en cada partido, en cada punto. No importa que yo esté en lo alto del ranking y que juegue contra alguien de fuera del Top-100″, analizó Charly, que tuvo la virtud de no desconectarse del partido y cerrarlo como fuese. “A disfrutar Charly, sigue disfrutando, que se te note”, le dijo su entrenador, Juan Carlos Ferrero. Aunque no lo consiguió, salvo en momentos contados, en los que ganó el espectáculo. De hecho, lo pasó mal en esa fase errática que le pudo complicar mucho la vida. “En el tercer set, he visto que tenía que olvidarme de dar un show e intentar estar en los intercambios. Fue difícil hacerlo para mí, estuve en problemas”, reconoció. También el cuarto, cuando De Jong se colocó dos veces por delante con sendos quiebres. Desde luego, tendrá que mejorar y mantener de manera más continuada la concentración si quiere llegar lejos este año en París.

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