Alcaraz coge la autopista para apabullar a Musetti
El español vence en tres sets al italiano, que no había perdido ninguno en el torneo, y repite cuartos. Se enfrentará al griego Tsitsipas.
Igual que hizo Novak Djokovic en el partido programado antes que el suyo este domingo en la central de Roland Garros, Carlos Alcaraz elevó el nivel de su tenis considerablemente para meterse por segundo año consecutivo en los cuartos de final. El español cogió la autopista que puede llevarle hasta la gloria y por ella se llevó por delante a Lorenzo Musetti. El italiano de 21 años y 18º del mundo no había perdido ni un set en los tres anteriores encuentros y encajó un 3-0 inapelable: 6-3, 6-2 y 6-2 en 2h08. El martes, Alcaraz se enfrentará al griego Stefanos Tsitsipas, que apabulló al austriaco de la previa Sebastian Ofner (7-5, 6-3 y 6-0 en 1h48).
“Creo que he jugado a un gran nivel, de golpes, con el viento, muy agresivo; un partido muy completo desde la primera bola hasta la última”,, dijo Charly, que fue un Ferrari de 20 años. El drive le corrió de lo lindo (31 golpes ganadores de derechas para un total de 42), se movió como un rayo y manejó unos cuantos puntos con la exquisita mano que tiene para esto del tenis. Su pericia cerca de la red rivalizó con la clase de su rival, que no pudo sacar más partido al notable revés a una mano que atesora. El acierto de Alcaraz le desesperó hasta el punto de tirar un pelotazo contra el techo retráctil de la pista, en uno de los fondos, por lo que fue castigado. No le motivaron ni los compases del Bella Ciao, la canción italiana que se hizo famosa por la serie española La Casa de Papel, que tocó la orquesta que ameniza los choques en la Philippe Chatrier.
El martillo pilón de Carlitos percutió sin descanso en el ánimo de un Musetti que empezó bien, con un quiebre de salida para un ilusionante 2-0. A partir de ahí, un parcial de 5-0 y de 22-7 en puntos para el murciano hasta el 0-30 del 5-3 hicieron mella en sus opciones de triunfo, cada vez más escasas con el paso de los minutos. Poco o nada recordó este duelo al que ganó el tenista de Carrara en la final de Hamburgo el año pasado, ante un Alcaraz que aún no había dado el salto de calidad que le puso en la cima.
Los números cantan
Lorenzo, un jugador que sigue teniendo ante sí un futuro prometedor, a la altura incluso del que se le atisba a su compatriota Jannik Sinner, trató de volver al partido en la segunda manga, cuando la tenía perdida, pero su reacción se estrelló contra el muro del prodigio de El Palmar, lanzado, sin freno hacía una victoria que consolidó en un tercer set de nuevo impecable. Es la 34ª para él en lo que va de curso, 24ª sobre tierra batida. Solo ha perdido tres partidos este año. Y en Grand Slams está en racha de 11. “Intento no pensar en la presión, en ser favorito, en el número uno... Quitarme esos pensamientos de la cabeza, solo trato de jugar al tenis y disfrutar, de sonreír, esa es la clave para mí. Pasarlo bien, intentar hacer golpes imposibles, hacer que la gente disfrute...”. Así, habrá que ver si alguien puede pararle.