Alcaraz barre a Shapovalov con la velocidad de crucero
El español se deshace del canadiense en tres sets, elimina a Tsitsipas de la lucha por el uno y el domingo se enfrenta a Musetti en octavos.
Como quien no quiere la cosa, Carlos Alcaraz se plantó este viernes en octavos de final de Roland Garros por segunda vez en su carrera, después de solventar un compromiso que, a priori, parecía complicado y, sin embargo, fue el más sencillo que ha tenido este año en el Grand Slam francés. El español de 20 años venció por 6-1, 6-4 y 6-2 en 2h10 a Denis Shapovalov, canadiense de 24 y 32º, que poco tiene que ver en este momento con el tenista eléctrico que llegó a ser número 10 del mundo en 2020.
El uno sigue siendo Alcaraz, y gracias a su última victoria, ya tiene un enemigo menos en la pelea por su puesto, Stefanos Tsitsipas. Porque aunque el griego continúa en competición (ganó al argentino Schwartzman y le espera el austriaco Ofner), no podrá superar ya Carlitos aunque sea campeón. Sí continúa con opciones de desbancarle Novak Djokovic. “He cumplido mis sueños muy rápido, no me lo esperaba, deseo ganar cada torneo que juego y luchar por cada Grand Slam”, dijo Alcaraz, que se enfrentará el domingo Lorenzo Musetti. El italiano, que le venció el año pasado en la final de Hamburgo, llega fuerte tras apabullar al británico Norrie (6-1, 6-2 y 6-4).
En el primer set fue un vendaval en un día ventoso y fresquito debido a esa circunstancia climática. Rozó el rosco el murciano, dominando con el revés a un rival que no encontró la manera de hacer daño e inició el partido helado. Carlitos jugó con un 88% de primeros servicios y todo le fue sobre ruedas. Quizá demasiado.
La diferencia ante un rival de esa categoría no podía ser tan grande y al chico maravilla de El Palmar le costó iniciar con el mismo brío e igual superioridad el segundo set. Denis encontró por fin la manera de inquietarle al resto y le rompió el servicio para el 2-0 y saque. Y aunque luego se pegó un tiro en el pie en forma de dobles faltas (tres) y no consolidó la ventaja, volvió a hacer break y en esta ocasión si alargó la distancia hasta un 4-1. Pues ni aun así logró derribar a Alcaraz, que reaccionó con furia y un demoledor parcial de 5-0 para apuntarse también la segunda manga. Viento en popa (nunca mejor dicho), a toda vela.
Facilidades
Así continuó en el tercer set, con una velocidad de crucero que le permitió dominar a un oponente completamente perdido en el naufragio en el que lleva inmerso ya algunos meses. En la gira de tierra solo ha ganado un partido, al eslovaco Kovalik en Barcelona. Es una sombra del tenista que llevo a Nadal al quinto set en el Open de Australia del año pasado. Casi por inercia, Alcaraz le barrió sin piedad. Tampoco parecía importarle demasiado al jugador nacido circunstancialmente en Tel Aviv (Israel), que celebraba pequeñas victorias sin importancia en algún que otro juego, con el partido perdido sin remedio.