Zverev arrasa a Humbert en París y apunta a Maestro
El alemán, fantástico, pasa por encima del francés para ganar en 75 minutos su 23º título, séptimo de Masters 1.000. Es líder del año en victorias, con 66.
Alexander Zverev se proclamó este domingo campeón en París-Bercy de una manera realmente impresionante. El alemán de 27 años, que este lunes volverá a ser número dos del mundo en detrimento de Carlos Alcaraz, ganó su 23º título, séptimo de Masters 1.000 (iguala a Michael Chang en el octavo puesto de la lista histórica), con una actuación brillante en la final ante Ugo Humbert, el favorito del público francés, al que pasó por encima: doble 6-2 en 75 minutos.
“Para volver a esta posición, todo el mundo en el equipo ha tenido que sacrificar mucho, porque no estaba garantizado al 100% después de romperme el tobillo hace dos años en Roland Garros. Por eso, ganar aquí en París significa un mundo para mí y para los míos”, aseguró Zverev, líder del curso en victorias, con 66, una más que Jannik Sinner. Ahora es el máximo candidato a hacerse con el trofeo de las ATP Finals, la Copa de Maestros que se celebrará en Turín del 10 al 17 de noviembre, por delante incluso del italiano y de Alcaraz, con permiso también de Novak Djokovic, cuya participación sigue en el aire.
“Ha sido bastante bueno (su partido), he de decir. Pero sabía que tenía que jugar así para ganar hoy. Ugo es un jugador increíble y aquí en París compite incluso mejor de lo habitual, y con el público a su favor, iba a ser muy difícil. Impuse mi forma de jugar pronto y estoy feliz por ello”, dijo Sascha, finalista en 2020 (perdió contra Daniil Medvedev), que había ganado el año pasado a Humbert, también en el Accor Arena, aunque en la segunda ronda. La situación, en esta ocasión, se presentaba bien distinta. Ugo (26 años y 18º) era el primer finalista francés en el torneo desde Jo-Wilfried Tsonga, que lo fue en 2011, tres años después de levantar allí el trofeo. La sequía del tenis galo en casa, pese a este brote verde, parece no tener fin. Tsonga sigue siendo también el último campeón de esta poderosa nación en Masters 1.000 (Toronto 2014).
¿Motivación extra?
El partido que facturó Zverev fue impecable. Desde el saque (solo dos puntos perdidos con primeros y otros tres con segundos), sin permitir a su rival ni una sola opción de quiebre, hasta el resto, para cuatro breaks y un 50% de tantos a favor, pasando por el ritmo de golpeo y un fantástico dictado de las direcciones. En esas, poco pudo hacer Humbert, justito de energía, tras una gran semana en la que apeó, entre otros, a Alcaraz. Quizá le pasaron también factura los reproches de Karen Khachanov por su exceso de euforia en la celebración de los puntos cuando el ruso estaba claramente lesionado. Puede que eso le añadiera un puntito más de agresividad al tenis de Zverev, segundo jugador tras Sinner que gana más de un Masters 1.000 en 2024 (triunfó en el de Roma), buen amigo del moscovita.
El hamburgués puso fin con su victoria a una sequía de tres años en eventos de esta categoría sobre pista dura, que arrastraba desde Cincinnati 2021 y mantiene una increíble racha contra oponentes zurdos: 26-0 desde la eliminatoria de clasificación para las Finales de la Copa Davis, cuando le ganó el suizo Marc Andrea Huesler. El sábado dijo que se entrena después de los partidos para “mejorar”, porque cree que Sinner y Alcaraz lo están haciendo “mejor” que él ahora. Esa dedicación puede llevarle a superarles en el último esfuerzo del año. En Italia se verá si eso sucede o no.
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