La cuesta de Alcaraz
El español inicia este domingo, contra Dzumhur en Cincinnati y tras 28 días de parón, su tramo de año menos exitoso. De sus 21 títulos, sólo dos han llegado tras Wimbledon.


Después de los Juegos de París, en los que se colgó la plata tras perder contra Novak Djokovic, todo se truncó. En la gira americana, Carlos Alcaraz, que venía de conquistar Roland Garros y Wimbledon, sólo fue capaz de ganar un partido. Luego, hasta concluir la campaña, el ATP 500 de Pekín, venciendo a Jannik Sinner en la final, fue la única alegría para un Charly decaído, tanto en el ánimo como en su juego. Este domingo (sobre las 21:00, por Movistar+), en su debut en el Masters 1.000 de Cincinnati, contra el bosnio Damir Dzumhur (33 años y 56º en el ranking), el español (22 y 2º) iniciará el tramo de la temporada que, tradicionalmente, más se le atraganta. Los datos son claros: de los 21 títulos que hay en su palmarés, sólo dos (el de Pekín y el US Open de 2022) han llegado después de pasar por el All England Club. La cuesta de enero, en el caso de Carlitos, empieza en julio.
Una tendencia que se quiere cambiar. Mejorar en la parte final de las temporadas es un debe en el que tanto Alcaraz como su equipo llevan tiempo trabajando. En lo físico y en lo mental. Esta vez, además, el español tiene una motivación extra, y que ya ha repetido en varias ocasiones últimamente. Si se quiere ver el vaso medio lleno, la escasez de resultados en este tramo del año abre la puerta a agolpar un buen puñado de puntos. Hasta las ATP Finals, Charly sólo defiende 860 créditos; el actual número uno, Sinner, en cambio, deberá proteger 4.330. “Ahora mismo, mi objetivo es el mismo: ser feliz, disfrutar dentro y fuera de la pista en los mejores torneos del mundo. Y, obviamente, recuperar el primer puesto al final del año”, fueron las primeras palabras de Carlitos tras aterrizar en Estados Unidos. Dicho queda.
Sun safety first ☀️
— Tennis TV (@TennisTV) August 9, 2025
Watch @carlosalcaraz practice with Norrie live NOW!
Alcaraz voló el lunes a Cincinnati y este sábado se ejercitó con Cameron Norre tras hacerlo con Casper Ruud, Alex De Miñaur o Daniil Medvedev. Desde la final de Wimbledon, en la que cedió contra Sinner hace ya 28 días, uno de sus parones más largos, el español ha aprovechado para desconectar en El Puerto de Santa María, con sus amigos de toda la vida (karts, fiesta con Juan Magán...), o jugando al golf, como recientemente hizo con Ruud. En medio, Carlitos no jugó en el Masters 1.000 de Canadá debido a “pequeños problemas musculares” y volvió a los entrenamientos a finales del mes pasado. Primero, se ejercitó unos días en La Manga Club; luego, aumentó la intensidad en casa, en la Real Sociedad Club de Campo de El Palmar, su localidad natal. Un reset físico, tenístico y mental, rodeado de los suyos, como le gusta, para vencer a sus fantasmas del pasado.
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En Cincinnati, de hecho, fue donde el año pasado quedó claro que Alcaraz, tras meses tan exitosos como intensos, llegaba al límite a esta parte del año. El español cayó en su debut, contra Gaël Monfils, dejando una imagen nunca vista en él: tras perder una buena opción de recortar distancias, Carlitos estampó su raqueta contra el suelo en repetidas ocasiones. Luego, en rueda de prensa, confesaría que había sido “el peor partido” que había jugado en su carrera. Esta vez, el primer rival será un reciente conocido. Dzumhur, un jugador que ha vuelto a la élite cuando parecía que sus mejores tiempos ya habían quedado atrás (en 2022, llegó a ser 56º del ranking), fue el rival de Charly en tercera ronda de Roland Garros. Entonces, el bosnio le ‘robó’ un set al murciano y hasta pudo llevarle al quinto. Ahora, Alcaraz no quiere más sustos. Empieza su cuesta, pero con energías renovadas.
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