Kvitova alcanza en Miami la 41ª final de su carrera

Petra Kvitova continúa siendo, con 33 años, una de las jugadoras que mejor tenis práctica en el circuito femenino. Este viernes lo demostró a costa de acabar con el sueño de Sorana Cirstea, que hace diez años jugó la final de Toronto y la perdió contra Serena Williams e intentaba reverdecer laureles en Miami a sus 32 primaveras. La checa le cortó en el paso con un triunfo significativo en dos sets (7-5 y 6-4 en 1h41) en su 11º enfrentamiento y ahora domina el cara a cara por 7-4.

Pero lo más importante es que la victoria mete de nuevo a Kvitova, que nunca había alcanzado las semifinales del torneo, en la final de un WTA 1.000, 11ª de su carrera, primera desde la de Cincinnati el año pasado, y así buscará su noveno título en la categoría, que sería el primero desde el que obtuvo en el Mutua Madrid Open de 2018, 30º el total de su palmarés. Se enfrentará este sábado (21:00, DAZN), con un día menos de descanso por culpa de la lluvia, a la kazaja Elena Rybakina, que persigue el Sunshine Double tras ganar hace dos semanas en Indian Wells.

“Hemos jugado dos veces y estamos 1-1. Mañana habrá desempate, pero definitivamente ella es la favorita, porque está jugando un tenis asombroso. Aunque estoy preparada y voy a luchar”, dijo Kvitova.

Punto de inflexión

Cirstea, que había ganado dos de los tres últimos duelos, sucumbió esta vez, entre otras cosas porque su rival arañó bastantes puntos contra sus segundos saques y perdió tres veces su servicio. Kvitova remontó con un parcial de 5-0 en la primera manga tras un mal inicio (2-5) y dominó la segunda con aplomo.