Djokovic ralentiza el cambio con un triunfo épico ante Alcaraz

La final más esperada, primera que enfrentaba al número uno y al dos en la historia del Western & Southern Open, la ganó Novak Djokovic. El serbio ralentizó el cambio de ciclo que lidera Carlos Alcaraz, hacia un inevitable relevo generacional que llegará. Empezó de manera abrupta, hace un poco más de un mes en Wimbledon, cuando el español de 20 años remontó para vencer al serbio en un duelo épico resuelto en el quinto set. Pero ayer, en Cincinnati, en otro partido maravilloso, que recordó a algunos duelos que tuvo Djokovic contra Rafa Nadal, venció el de Belgrado por 5-7, 7-6 (7) y 7-6 (4) en 3h49 y lo celebró partiéndose la camisa, como Camarón. Pudo con un bravo Alcaraz, 16 años más joven, que vendió muy cara la derrota, tuvo incluso un match ball, pese a que había jugado cuatro partidos resueltos en tres sets, y que acumuló en todo el torneo 14 horas y 31 minutos en pista.

Campeón del torneo en 2018 y 2020, Novak levantó por tercera vez el trofeo, 95º de su carrera con el que supera a Ivan Lendl; y ya está por delante de Nadal y el propio Lendl en la tercera plaza de la lista histórica de victorias con 1.069, por detrás de Jimmy Connors (1.274) y Roger Federer (1.251). “Qué puedo decir, es difícil de describir. Ha sido uno de los partidos más complicados de mi vida, da igual el nivel, el torneo o el jugador. Ha sido increíble del principio al final. Hemos tenido buenos y malos momentos, golpes de calor, puntos increíbles, juegos pobres, remontadas… En general, uno de los más difíciles y más excitantes partidos de los que he formado parte. Estos son los partidos y los momentos por los que sigo trabajando cada día”, dijo el vencedor, que elogió a su adversario. “Cualquiera que vea a Carlos, ve que esta rivalidad va mejorando. Es un jugador increíble, lo respeto muchísimo. Es impresionante que alguien tan joven juegue así en momentos importantes”.

El primer set empezó con mejores sensaciones para Djokovic, que había jugado mejor que Alcaraz en el torneo y fue el primero en encontrar el break. Y del momento crítico para el murciano, fallón con el revés, se pasó a una crisis aguda del balcánico. Charly fue inteligente. Con saques abiertos y bolas altas hizo de inmediato el contrabreak y aprovechó el sofoco de su rival, enrojecido por un calor (33 grados y 45% de humedad) que le provocó una seria pérdida de energía. “¡Creatinaaaaa!”, le gritó Novak a su equipo, que le había preparado, por error, su ya famosa pócima, cuando lo que les pedía era ese suplemento que sirve para mitigar la fatiga muscular. Aún ganaba por 5-4, pero la ayuda no le llegó hasta el siguiente descanso, cuando Alcaraz le acosaba construyendo un parcial de 5-1 que le dio ventaja.

Una montaña rusa

No se encontraba nada bien Djokovic. Se notó cuando hizo tres dobles faltas seguidas al inicio de la segunda manga y perdió su servicio. Mareado, pidió asistencia, le tomaron las constantes y le dieron unas pastillas. No le sentaron mal, porque, acto seguido, amenazó con un punto de quiebre. Estaba ahí, con los recursos que le quedaban (saque-red), peligroso, como un animal herido. Y dio el zarpazo para forzar un desempate apasionante que cayó de su lado, después de levantar el match ball de su oponente, en un último punto maravilloso.

Enrabietado, Alcaraz golpeó varias veces la papelera de su banquillo con la mano derecha y se hizo daño en un dedo. Djokovic, perro viejo, se fue por segunda vez al vestuario y continúo la pelea, con igual fiereza. “Estás fresco, Charly”, se decía el de El Palmar. Sin embargo, la grandeza de su rival le puso contra las cuerdas, con 4-3 en contra y al resto. Hizo lo que pudo, salvó cuatro puntos de partido, el segundo con un pasante excelso y el cuarto con una derecha paralela letal, e hizo el 5-5 en un juego magnífico de ambos antes de llegar a otro tie-break, este definitivo, pero era complicado contener a una bestia competitiva que había olido la sangre de su enemigo y se agrandó para ralentizar el cambio de ciclo. El cara a cara (2-2) entre ellos y el statu quo del tenis están ahora igualados.