Djokovic no falla y peleará por el título con Alcaraz

Un mes y cuatro días después de enfrentarse en la final de Wimbledon, Carlos Alcaraz y Novak Djokovic volverán a verse las caras este domingo (22:30, Movistar+) con un título en juego, el del Masters 1.000 de Cincinnati. Alrededor de dos horas más tarde de que español obtuviera su pase con una remontada épica ante el polaco Hubert Hurkacz, tras levantar un match ball, el serbio venció con más comodidad (7-6 (5) y 7-5 en 2h04) a Alexander Zverev y buscará la revancha de la dolorosa derrota que le infligió Carlitos en el All England Tennis Club. El cara a cara favorece por 2-1 al murciano. “Es genial jugar contra Alcaraz, para el deporte es increíble que el número uno y dos del mundo se enfrenten de nuevo en la final de un gran evento. Supongo que es lo que todo el mundo quería al principio del torneo, así que aquí estamos”, dijo Nole sobre un duelo en el que sobre la mesa ya no estará la lucha por el trono, porque lo mantendrá Alcaraz, pase lo que pase.

Djokovic jugará su octava final (2-5) en Mason (Ohio), 57ª de Masters 1.000 (38-18), para un total de 135 (94-40) en su carrera, en busca de ampliar su récord de trofeos en la categoría a 39. Sería el tercero allí, tras los de 2018 y 2020, en la edición que se trasladó a la burbuja de Nueva York por la pandemia.

“Zverev tiene uno de los mejores servicios, la pelota bota muy alto en esta pista y es muy rápida. Ha habido pocos juegos al resto en los que he tenido oportunidades. Creo que he jugado bien, particularmente al final del partido después de que rompiese mi saque. He hecho un gran juego y he cerrado el encuentro. Estoy agradecido, hay pocas cosas que podría haber hecho mejor. Es una victoria en dos sets ante un jugador en forma, así que estoy muy feliz”, afirmó Novak, que sufrió en sus tres primeros servicios, pero poco a poco fue asentando su tenis hasta pasarle la presión a Zverev, que tuvo que salvar tres puntos de quiebre antes de sucumbir en el desempate. El balcánico le jugó mucho a su golpe débil, la derecha, y le resultó con el paso de los minutos. Físicamente, fue mejor que el alemán de 26 años, diez menos que sus 36.

Fuegos artificiales

La segunda manga iba camino de resolverla por la vía rápida el de Belgrado, con un break de salida, pero cuando sacaba para cerrar el triunfo con 5-4, Zverev le rompió, aunque solo alargó un par de juegos el partido, porque Nole encontró rápido el contrabreak, hizo uno de sus habituales gestos al público tocándose una oreja, le recriminó algo a su equipo, y esta vez sí aprovechó la ventaja con su servicio. Lo hizo en medio del estruendo que produjeron unos fuegos artificiales que estaban tirando en la ciudad, porque lo que quiso incluso parar Djokovic. Al final, se lo tomó con humor y sentenció. Ha jugado mejor que Alcaraz esta semana, por lo que parte como favorito, si es que puede haberlo en una pelea entre los dos mejores tenistas del planeta.