TENIS | MASTERS 1.000 CINCINNATI
Alcaraz vuelve a sufrir, pero remonta para ganar a Purcell
El español vence al australiano en su quinto duelo seguido de tres sets. Este sábado se enfrenta en semifinales al polaco Hurkacz, que apeó a Popyrin.
Carlos Alcaraz no deja de aprender en los albores de su ya brillante carrera. En esta fase se ha suscrito al sufrimiento y no lo gestiona mal. Nunca había perdido uno o dos sets en cinco partidos consecutivos al mejor de tres. Le ocurrió por quinta vez este viernes en Cincinnati contra el australiano Max Purcell (26 años y 70º), pero como en tres de sus cuatro anteriores compromisos (el otro lo perdió contra Tommy Paul en Toronto), y a pesar de su mal día con el saque, salió airoso: 3-6, 6-4 y 6-4 en 2h11. El sábado (no antes de las 21:00, Movistar+) se enfrentará en semifinales al polaco Hubert Hurkacz (20º), a quien gano hace unos días en el Masters 1.000 canadiense y que apeó en el estadounidense a otro australiano, Alexey Popyrin (6-1 y 7-6 (8)). Así las cosas, Novak Djokovic, que apabulló Taylor Fritz (6-0 y 6-4), necesita ser campeón y que Charly no sea finalista para poder quitarle el número uno.
El inicio del partido, con una opción de quiebre de Alcaraz en su primer juego al resto, no invitaba a presagiar lo que vendría después. Con su tenis diferente, de doblista campeón de Wimbledon y dos veces finalista en Australia, buenos servicios, mucha subida y rapidez para ejecutar magníficas voleas, Purcell se hizo casi inexpugnable y le quitó al murciano tiempo y ritmo para armar su juego. Así, en la primera oportunidad que tuvo, el aussie hizo break y después mantuvo con solvencia la ventaja para hacerse con el primer set.
Los saques-red de Max inquietaban a Carlitos, que tuvo que buscarse la vida para intentar pasarle, con devoluciones a los pies, por ejemplo. Lo consiguió por fin para romper al principio del primer set y con la valentía que había demostrado su rival, se fue para arriba y confirmó el quiebre. Luego tenía que aguantar y, pese a jugar con muy pocos primeros, no tuvo ningún problema para hacerlo e igualar el duelo con un golpeo reconocible y sin demasiados errores.
Paciencia
La presión de Purcell era constante y alta, también la exigencia para poder mantener con acierto su esquema de juego ante un superclase como Alcaraz. Al vigente campeón de Wimbledon le tocaba ponérselo cada vez más difícil y, a la contra, encontrar fisuras para quebrarle, como hizo nada más comenzar el tercer parcial. Un par de dobles faltas le ayudaron. Era muy complicado que el jugador de Sídney mantuviera el nivel de excelencia tenística con tanto riesgo, permanentemente en el alambre. Pero su estilo le hace muy peligroso y supo recuperar el sitio cuando menos se esperaba. El repunte le llevó a ponerse por delante, aunque pagó el esfuerzo con un nuevo break, en blanco, que parecía definitivo, porque ponía a Carlitos con 5-4 y saque. Lo hizo bueno con una ración final de padecimiento. Nadie dijo que su trayectoria fuera a ser fácil.