Alcaraz vive otra pesadilla en París-Bercy: eliminado en octavos

París-Bercy es la casa del terror para el tenis español, con David Ferrer como solitario ganador, y para Carlos Alcaraz en particular. Este jueves, el murciano se despidió del Masters 1.000 francés en octavos tras caer contra el local Ugo Humbert (26 años y 18º del mundo) en un partido repleto de fantasmas (6-1, 3-6 y 7-5 en 2h19). El año pasado, Charly no pudo pasar de primera ronda al perder sorpresivamente contra el ruso Roman Safiullin. El anterior, el de El Palmar se retiró por lesión en cuartos, su tope en el torneo, contra Holger Rune. En su primera experiencia, terminó entre lágrimas después de que Hugo Gaston le diera la vuelta a un 0-5. Pesadillas que Humbert, en medio de una racha impresionante como local (llegaba con 10 victorias seguidas y títulos en Metz y Marsella), trajo al presente. Este viernes, el francés se medirá con el australiano Jordan Thompson (30 años y 28º). Alcaraz, cuyo número dos puede asaltar Alexander Zverev, deberá pensar ya en las ATP Finals. Otra vez, no pudo ser.

En época de calabazas maléficas, decoración que no faltó, los horrores de Alcaraz en el torneo francés continuaron en el punto en el que los había dejado. Humbert, zurdo de buena planta (1,88 metros), con buena mano y potencia para el saque, pisó la pista central del Palais Omnisports de Bercy con un discurso muy claro. Siendo uno de los jugadores del circuito con mejores números cuando juega al ataque, salió lanzado hacia adelante. Sus primeros servicios, en la manga inicial, fueron letales (92% de puntos ganados) y la continuación de sus jugadas, casi siempre con el drive, desubicaba a un Charly acelerado. Antes de poder sudar, tras solamente 18 minutos, el español veía un 5-0 en contra en el marcador. Con una sonrisa irónica y timidez, celebró su único juego en el set y trató de pasar página.

En los dos enfrentamientos anteriores entre Alcaraz y Humbert, ambos este año, uno en Wimbledon y el otro en la Copa Davis, muy reciente, Carlitos se había llevado la victoria con relativa facilidad. En Bercy, sin embargo, el jugador francés, de salida, supo leer mucho mejor la pista más rápida en el actual circuito ATP. La velocidad del oscuro suelo francés incomodó mucho a Charly, con gestos constantes de desaprobación hacia sus acciones. “Honestamente, esta pista es muy rápida para mí. Creo que si la pista fuera un poco más lenta sería más entretenido para la gente, con más intercambios y más tenis”, dijo tras superar a Jarry en su debut. Después de ceder ese primer set, su entrenador, Juan Carlos Ferrero, le pidió a Alcaraz que ralentizara el juego. Que lo llevara a su terreno. Lo consiguió durante un buen tramo, pero descarriló en un final de muchos altibajos. De muertos vivientes.

Noche de muertos vivientes

Alcaraz quiso cambiar el guion del partido desde el inicio del segundo set. “¡Vamos!”, gritó desde el alma tras ganar su primer saque. Y empezó a reescribir lo que estaba sucediendo. Como siempre, muy obediente, hizo caso a Ferrero y empezó a cambiar el ritmo del partido. Sobre todo, variando a través del revés cortado. Tras más de 10 minutos de juego, no pudo aprovechar tres bolas de break para poner el 1-3. A la cuarta, sin embargo, puso el 2-4 y llevó el enfrentamiento a un tercer set que, por momentos, pareció que se había trasladado a España. Con una dejada marca de la casa, Charly estrenó el parcial decisivo y se llevó el dedo a la oreja. El público, en vez de tomárselo a malas, le jaleó. Como después hizo en un quinto juego sensacional del prodigio de El Palmar, con dos defensas inverosímiles. Su tenis iba a más, pero el de Humbert, cuando ya parecía muerto, revivió. Lo aguantó todo y dio el susto final.

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