Alcaraz se reconcilia con la victoria en la pista cubierta de París
Alcaraz vuelve a ganar en la pista cubierta de Bercy dos años después. Espera rival para el partido del jueves en octavos: Humbert o Giron.
Dos años después de ganar un partido por última vez en el Masters 1.000 de París, contra Grigor Dimitrov en octavos, Carlos Alcaraz volvió a vencer sobre la pista dura cubierta de Bercy, al chileno Nicolás Jarry (7-5 y 6-1 en 90 minutos), en un Accor Arena aciago para él desde su primera visita en 2021. Entonces encajó la derrota más dura de los albores de su carrera ante el local Hugo Gastón (colapsó cuando dominaba por 5-0 en el segundo set). Tampoco tuvo fortuna en 2022, cuando tuvo que retirarse por lesión cuando perdía con el danés Holger Rune y el curso pasado cayó en su estreno ante el ruso Roman Safiullin.
“Estoy muy feliz. Llevaba dos años sin ganar aquí, así que cada vez que avanzo en este torneo es un regalo para mí”, reconoció Alcaraz, que tenía que sacarse la espina con un triunfo sin grandes alardes, pero reconciliador ante un rival que había podido con él hace unos meses en Buenos Aires, pero que está en crisis desde que fue finalista en Roma (3-12) y no es capaz de ganar dos encuentros seguidos. El jueves se enfrentará en octavos al ganador del duelo entre el francés Ugo Humbert y el estadounidense Marcos Giron.
Posiblemente, para quitarse de encima los nervios en un escenario que tiene esas connotaciones negativas para él, Carlos jugueteaba con la raqueta a lo Tommy Paul después de perder un saque con el que podría haber cerrado antes el primer set. Servía con 5-3 a favor después de haber encontrado el break en su primer juego al resto. Y la técnica de relajación le funcionó, porque cuando Nico acariciaba al menos el desempate, le hizo el break, con la inestimable colaboración del santiagués, que lo facilitó con una doble falta.
Lejos de desanimarse y tras un breve paso por los vestuarios, Jarry atacó de nuevo el servicio del murciano, que logró revertir un peligroso 15-40 en el inicio de la segunda manga a cañonazo limpio. De nuevo tuvo que despejar bola de quiebre, de igual manera, para colocarse 2-1 arriba. Y como ocurre a veces, el presionador se vio presionado y no aguantó. De ahí al final, Alcaraz jugó liberado, consolidó la ventaja y en esta ocasión no solo la mantuvo, sino que la aumentó para acelerar el final del parcial y, por ende, del partido.
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