TENIS | MASTERS 1.000 SHANGHÁI
Alcaraz pierde una gran ocasión de ganar otro Masters 1.000
El español, que tenía un buen cuadro para ser campeón en Shanghái, cae ante un gran Dimitrov. La opción de ser número uno a final de año se esfuma.
Es fácil decirlo desde fuera, pero parece que la temporada, muy exigente para él, se le está haciendo un pelín larga a Carlos Alcaraz. El español tenía un buen cuadro para ser campeón en Shanghái, toda vez que la mayoría de los favoritos (Medvedev, Sinner, Rune, Tsitsipas, Ruud, Fritz, Zverev…) se fueron para casa en las cuatro primeras rondas. Pero él tampoco fue capaz de pasar de octavos, la segunda vez que le ocurre este año en 15 torneos, mucho mérito. Perdió contra un gran Grigor Dimitrov, que supo remontar para vencer por 5-7, 6-2 y 6-4 en 2h10, y será quien se enfrente el viernes en cuartos a Nicolás Jarry, toda vez que el chileno apeó al argentino Diego Schwartzman (6-3, 5-7 y 6-3 en 2h24).
A Alcaraz, además, se le esfuma prácticamente la posibilidad de ser número uno del mundo al final de la temporada, en detrimento de Novak Djokovic. Necesitaba llegar, al menos, a las semifinales en su segundo torneo en China para mejorar sus complicadas opciones de adelantar al serbio y cosecha solo 90 puntos. Dimitrov se saca la espina de un mal cara a cara contra el murciano. No había podido arañar ni un set en tres partidos. Cuartofinalista del torneo en 2017, es uno de los dos campeones de Masters 1.000 (Cincinnati 2017) que siguen en liza, el otro es el polaco Hubert Hurkacz (Miami 2021). Es la quinta vez que supera a un top-10 en 2022.
Alcaraz ha llegado al tramo final del curso con la lengua fuera, con 72 partidos a sus espaldas, sin contar los cuatro que disputó en la Copa Hopman (dos de individuales y dos de dobles) y un excelente balance de 63-9, seis títulos (Buenos Aires, Indian Wells, Barcelona, Madrid, Queen’s y Wimbledon) y dos finales (Cincinnati y Río). Además, hizo semifinales en Miami, Roland Garros, US Open y Pekín. Y cuartos en Toronto. Su único desliz, la derrota en la tercera ronda ante el húngaro Marozsan, que ha llegado a cuartos en Shanghái, pero en aquel momento era 135º del ranking. El éxito, a menudo conlleva un peaje físico, hasta para un titán de 20 años. Carlitos lo evidencia con el vendaje que asoma por debajo del pantalón en el muslo izquierdo desde Wimbledon.
Dominio
A Dimitrov hay que reconocerle el mérito de haber conseguido dominar a un dominador como Alcaraz durante todo el partido, incluso en un primer set que acabó perdiendo, pero que inició con ventaja desde el quinto juego. Quizá se confió demasiado con la distancia adquirida en lugar de seguir presionando al resto y eso le costó encajar un parcial de 4-0 y encontrarse con la obligación de remontar. Empezó a hacerlo pronto, con un quiebre en la salida de una segunda manga que manejó con un 83% de primeros y solo seis puntos perdidos con su saque. De hecho, ya tuvo que enfrentar ninguna opción de break de Charly, bastante romo al resto.
Ni gritando con rabia fue capaz el de El Palmar de revertir una situación que se hizo insalvable por el impecable tenis, técnica y tácticamente, de Dimitrov, un jugador con mucha clase y un revés a una mano que da gusto ver cuando le funciona como en esta ocasión. Hace seis años apuntaba a leyenda y le comparaban con Roger Federer. Se quedó a medias, pero está a tiempo de ira para arriba a sus 32 años. El presente de Alcaraz, pese a esta pequeña decepción, sigue siendo brillante y el futuro, ilusionante. Su siguiente parada en el circuito, si no renuncia, será el ATP 500 de Basilea (23 al 29 de octubre).
Humbert y Rublev, a cuartos
En los otros dos partidos de la jornada, Ugo Humbert y Andrey Rublev prevalecieron y se enfrentarán el viernes por un puesto en semifinales. El francés venció por un contundente 6-1 y 6-2 al estadounidense JJ Wolf; mientras que el ruso se impuso por un doble 7-5 a otro americano, Tommy Paul.
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