Semana negra de Alcaraz: eliminado en su debut en Miami

Cayó en Indian Wells y, seis días después, no se pudo levantar en Miami. Golpe tras golpe. Y cada vez más doloroso. En la madrugada de este sábado, Carlos Alcaraz se despidió de la gira estadounidense mucho antes de lo esperado. Del sueño americano a la pesadilla. En California, el español dijo adiós en semifinales, contra un Jack Draper al alza, siendo un revolcón que podía entrar en algunas quinielas. En Florida, sin embargo, no pasó del primer asalto. En su debut, se topó contra la veteranía de David Goffin (34 años), que hizo valer un tenis que ya parece desertado (5-7, 6-4 y 6-3 en 2h20). El belga, variando alturas y con una elección exquisita de sus golpes, desarboló por completo a Alcaraz, prisionero de su talento. El murciano, que se llevó el primer set a trancas y a barrancas, intentó siempre volver al partido por la puerta grande, con los ganadores de una derecha que le abandonó y recurriendo a unas dejadas que casi nunca cayeron de su lado. Murió matando, pero murió.

Las sensaciones fueron malas desde el principio, desde un primer set en el que Alcaraz empezó a ceder la iniciativa del juego. Se apropió de ella Goffin, de mucho mejor pasado que presente, pero con una clase perenne. El belga, que sólo había podido sumar tres victorias este año y venía de disputar un Challenger en República Dominicana, alcanzó su mejor momento en 2017, cuando sumó dos de sus siete títulos y llegó a la séptima plaza del ranking mundial (ahora es 55º). Ese mismo curso, alcanzó el partido por el título en las ATP Finals (perdió contra Grigor Dimitrov) después de ganar a Rafa Nadal y Roger Federer, algo que, en un mismo evento, sólo han logrado seis jugadores a lo largo de la historia. Carlitos ya conocía de su peligro, pues perdió contra él en 2022 (ahora, Goffin domina el cara a cara por 2-1), pero no supo escapar de su juego, fino y paciente, de mucha más precisión que potencia. La némesis de lo que es Carlitos. Lo que le desactivó, tanto física como mentalmente.

Alcaraz se perdió desde unos primeros juegos en los que Juan Carlos Ferrero, de rostro serio y preocupado, trataba de orientarle desde un banquillo repleto de caras conocidas. Con la intención de ayudarle a alzar el vuelo, en Miami, Carlitos estuvo arropado por toda su familia, incluido su hermano pequeño, Jaime. “Le mete mucho efecto a la bola, no la tires tan arriba, atácala más adelante y le quitas el efecto”, gritaba el entrenador del murciano, en referencia a los saques de Goffin, su punto débil. El primer break, sin embargo, fue del belga. Un aviso de lo que estaba por llegar. Charly, de sangre caliente, se pudo recuperar de inmediato de ese tropiezo, lo que le dio la oportunidad de hacerse con una primera manga de mucho mejor resultado que juego. En las siguientes, sin embargo, el marcador fue acorde a lo que se estaba viendo sobre la pista. El segundo set se decidió con una rotura en el noveno juego. El tercero, que ya empezó torcido, se cerró al resto, con varios conatos de rebeldía que se quedaron en lo gestual.

Sigue la sequía en Masters 1.000

“Se siente increíble. A veces, los partidos son difíciles. Hay que luchar... Sigo jugando al tenis para jugar este tipo de partidos en este tipo de pistas. Quiero disfrutar el momento. Hoy sentí muy bien las piernas. Físicamente, me movía bien, estaba listo para la batalla. Sentía la pelota muy bien. Es genial cuando te sientes bien y estás feliz de disfrutar cada punto. Fue un final perfecto con un gran punto de partido. Fue increíble”, celebró Goffin, que cerró el duelo con un resto de revés cruzado y una derecha milimétrica hacia el otro sentido. De lado a lado, como a lo largo de un partido en el que fue equilibrio (23 ganadores y 25 errores no forzados) contra furia (36 ganadores por 43 errores en el bando español) y que le vale para medirse en tercera ronda con el estadounidense Brandon Nakashima (32º), que venció a Roberto Carballés (6-4, 4-6 y 6-3 en 2h22) en otro chasco para la Armada (el tinerfeño estuvo break arriba en la tercera manga).

Alcaraz enterró sus opciones en los juegos finales del segundo set y los iniciales del último. Cuando Goffin confirmó su primera rotura en el parcial definitivo (2-0), había ganado 18 de los últimos 22 puntos. Forzando una derecha que nunca funcionó, el español intentó volver animándose y animando a las gradas, huyendo de una frustración continua (discutió con el juez de silla por el poco tiempo que tenía entre puntos). Con 5-3 en contra, y tras un toque en la red con el que le entraron ganas de tirar la raqueta al suelo, sin embargo, el demonio ganó al ángel. Con la derrota, la primera contra un rival de fuera del top-30 esta temporada, Carlitos puso fin a una última semana en Estados Unidos para olvidar. De Indian Wells, donde perseguía su tercer título seguido, salió con la idea de redimirse en Miami, donde había sido campeón en 2022, semifinalista en 2023 y cuartofinalista el año pasado. De Florida, sin embargo, se marchó alargando su sequía en Masters 1.000 (no gana uno desde Indian Wells del año pasado) y unas dudas que, pese al título en Róterdam, congelan temporalmente la ilusión. La tierra es la nueva esperanza.

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