Alcaraz: “¿El número uno? Voy a por ello”
El español transmite sensaciones positivas antes de debutar el sábado en Indian Wells ante Kokkinakis o Holt. “Ser campeón y número uno es un gran objetivo”.
Recibido con honores de primer cabeza de serie en Indian Wells, Carlos Alcaraz avisa: no ha viajado hasta el desierto de California para hacer turismo. “Me siento muy bien. Tuve varios días de descanso y me vinieron bien. Ahora ya estoy preparado”, dice el número dos del mundo, que iniciará el sábado (ante el australiano Thanasi Kokkinakis) su tercera participación en el primer Masters 1.000 de la temporada.
En 2021, Alcaraz cayó en segunda ronda ante Andy Murray y en 2022 llegó a las semifinales para enfrentarse a un Rafa Nadal que se exprimió al máximo en pos de eliminar al murciano, hasta el punto de tener que jugar lesionado y perder la final frente a Taylor Fritz. En esa progresión ascendente, este año a Carlitos le tocaría disputar el partido por el título. “Por supuesto que jugar un Masters 1.000 siempre es duro y quiero lograr un gran resultado aquí. Además, también me encanta este torneo. Para mí ganarlo y ser número uno de nuevo es un gran objetivo y quiero ir a por ello”, reconoce sin rubor. Es la única combinación que le permitiría arrebatarle al vetado Novak Djokovic el liderato del ranking.
Lo cierto es que no lo tendrá fácil, entre otras cosas porque lleva mucho tiempo sin jugar sobre pista dura, desde que se lesionó en la penúltima ronda de París Bercy se medía con el danés Holger Rune, que le ganó y luego fue campeón ante el mismísimo Djokovic. Fue el 4 de noviembre. Alcaraz se perdió las ATP Finals de Turín y las Finales de la Copa Davis de Málaga. Una rotura muscular en la pierna derecha que sufrió durante un entrenamiento a finales del curso pasado, le impidió disputar en enero el Open de Australia. Reapareció el mes pasado en Buenos Aires, sobre tierra batida, una superficie poco lesiva para entrar en competición con menos riesgo. Ganó el torneo e iba lanzado la semana siguiente en Río de Janeiro cuando volvió a lesionarse mientras jugaba la final contra el británico Cameron Norrie. Eso le impidió levantar otro trofeo y jugar después el ATP 500 de Acapulco, ya sobre cemento. Era el plan perfecto para llegar a los Masters 1.000 americanos con cierto rodaje. Se frustró, pero en ese terreno se mueve como pez en el agua. La prueba es que es el vigente campeón del US Open.
No obstante, y aunque no oculta su ilusión ni sus ambiciones, el tenista de 19 años opta por la prudencia: “Creo que soy un buen jugador en pista dura, así que quiero demostrarlo. No me considero a mí mismo favorito para ganar el torneo, porque hace mucho tiempo que no juego en ese terreno. Además, hay grandes jugadores en el cuadro que también tienen oportunidades de ganar. Creo que tengo mis opciones e intentaré aprovecharlas”.
Puesta a punto
Alcaraz estuvo en Acapulco, aunque no participó en el torneo, y después se trasladó a Los Ángeles. Esa ciudad figuraba en su itinerario porque iba a participar no muy lejos, en Las Vegas, en una exhibición con Rafa Nadal que fue suspendida por la imposibilidad de que ambos participarán (el balear se recupera de una lesión del psoas ilíaco de la pierna izquierda). Allí pudo ya entrenarse a las órdenes de Juan Carlos Ferrero antes de viajar el martes a Indian Wells. El miércoles practicó con el local Frances Tiafoe. El jueves su compañero de sesión fue otro español, Alejandro Davidovich, a quien aún no se ha enfrentado. Una estrategia de preparación, al estilo Nadal, con tenistas potentes y de calidad. El resultado de su esfuerzo se verá este sábado.