Alcaraz, de sueño americano a pesadilla

La temporada empezó tibia, con unos cuartos de final en el Open de Australia, subió de temperatura en Róterdam, con el título, y se congeló donde debía entrar en ebullición. Este sábado, Carlos Alcaraz se despidió de Miami mucho antes de lo esperado. El español, que ya se marchó cabizbajo de Indian Wells, quería redimirse en Florida. “En tenis, juegas unos 80 partidos al año. Una de las cosas más difíciles es mantener el buen nivel en 80 partidos, eso es algo que espero hacer. Creo que estoy mejorando. La última vez que perdí aquí fue en la semifinal, y después de todo, gané en Miami (en 2022), así que creo que iré a por todas”, dijo el murciano después de caer en el Valle de Coachella contra Jack Draper, en toda una declaración de intenciones. Desgraciadamente, se quedó en eso.

En el segundo Masters 1.000 de la temporada, con una derrota en su debut contra el belga David Goffin (5-7, 6-4 y 6-3), el mazazo para Alcaraz fue aún mayor que en el primero. Y también fue extraño. Sobre todo, si se tiene en cuenta el currículum del español. Más allá de su primera toma de contacto con los torneos (en 2021, con una segunda ronda en Indian Wells y una primera en Miami), el de El Palmar siempre había tenido un rendimiento excelente en las dos primeras grandes citas del calendario en suelo estadounidense, conocidos conjuntamente como el Sunshine Double. Todo empezó, como él mismo recordaba, en 2022, el año de su gran explosión. Sacó las garras en Indian Wells, con unas semifinales en las que llevó a Rafa Nadal al tercer set, y culminó una semana mágica en Miami, ganando a Casper Ruud en la final y logrando su primer título de la categoría, con 18 años. Ese año, también levantaría su primer Grand Slam. Y también sería en Estados Unidos: el US Open, superando a Ruud de nuevo. El sueño americano.

La racha siguió en 2023, año en el que los papeles se invirtieron. Alcaraz ganó su primer título en Indian Wells, con una victoria arrolladora sobre Daniil Medvedev en la final, y alcanzó las semifinales en Miami, donde no pudo con Jannik Sinner. El año pasado, con un papel más discreto en Florida (cuartos de final, con derrota contra Grigor Dimitrov), consiguió revalidar corona en California, con Medvedev como nueva víctima. Este año, todo pintaba igual de bonito. “¿Debería comprarme una casa aquí?”, se preguntaba después de vencer a Francisco Cerúndolo en cuartos del final de Indian Wells. “Siento paz. Aquí hay paz. Me siento genial con la gente que me rodea. Es un lugar bonito para mí y creo que es por eso que muestro mi mejor tenis aquí”, añadía cuando todo parecía conducir a otro cuento de hadas. Hasta que llegaron Draper y Goffin, cortando una racha de tres años seguidos con título en algunos de los dos torneos y alargando una sequía de más de un año sin Masters 1.000 (desde Indian Wells 2024, precisamente).

Una tierra ‘desconocida’ este año

“Ha sido un nivel muy pobre por mi parte, lo reconozco, él ha sido mejor jugador que yo”, aceptó Alcaraz después de caer contra Goffin. “Me veía preparado, convencido de que podría poner en marcha un buen nivel de tenis, pero finalmente no ha podido suceder. Hice bien todas las cosas antes del partido, ni ha sido cuestión de una lesión ni de cualquier otro dolor, estaba perfecto antes del partido”, añadió el español, incómodo desde el principio. “Sí tuve la sensación después del primer set de que este partido iba a ser más duro que otros anteriores, luego empecé a sentirme un poco más cansado de piernas, sobre todo al final del segundo set”, cerró, visiblemente afectado.

Una semana muy dura. Tanto en lo emocional como en lo deportivo, por las implicaciones matemáticas y a nivel de sensaciones, con un tenis y un lenguaje corporal muy negativos. En el ranking, tras Miami, Alcaraz seguirá siendo el número tres, ya que el español se quedará con 6.720 puntos y Taylor Fritz (4º) sólo podría alcanzar los 5.890, pero sus aspiraciones se verán mermadas. Alexander Zverev, que ya tiene el dos asegurado, puede abrir brecha (el año pasado, alcanzó las semifinales, con lo que defiende 400 puntos y puede sumar 600 nuevos) y Jannik Sinner, pese a que perderá 1.000 puntos al no poder defender su título, ya es inalcanzable (10.330) para el español antes de su vuelta a las pistas. Por delante, eso sí, la oportunidad de sumar es grande: entre Montecarlo, Barcelona, Madrid y Roma, Carlitos sólo defiende 200 créditos. La tierra, desconocida para él esta temporada (a diferencia de los años anteriores, no estuvo en la gira sudamericana de arcilla), es esperanza. La última vez que la pisó, se colgó la plata en los Juegos de París.

¡Tus opiniones importan! Comenta en los artículos y suscríbete gratis a nuestra newsletter y a las alertas informativas en la App o el canal de WhatsApp. ¿Buscas licenciar contenido? Haz clic aquí