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Tenis | Cincinnati

Alcaraz, a la final contra Sinner

El español vence en dos sets a un Zverev hundido físicamente y se enfrentará el lunes al italiano con un gran título en juego.

Carlos Alcaraz celebra un punto en su partido contra Alexander Zvereven el Cincinnati Open.
Nacho Albarrán
Nació en Madrid en 1972. Se licenció en Periodismo por la Universidad Complutense. Entró en AS en 1996 para documentar partidos de fútbol y estuvo en Cierre antes de encargarse, durante cinco años, de la delegación de Asturias. Después formó parte del equipo de Ediciones y fue redactor de Baloncesto. Desde 2017 se ocupa del tenis día y noche.
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La impresionante regularidad de Carlos Alcaraz en 2025 le llevó este sábado a clasificarse para la final del Cincinnati Open, que es la séptima seguida del español en lo que va de temporada, tras haber jugado las de Montecarlo, Barcelona, Roma, Roland Garros, Queen’s y Wimbledon, una de las dos que perdió, con la de la Ciudad Condal. Un hito que iguala el de Andy Murray y que desde 2000 solo han superado cuatro jugadores: Roger Federer (17), Novak Djokovic (17), Rafa Nadal (9) y Jannik Sinner (8), su rival en el partido por el título el próximo lunes (21:00, Movistar+). El español de 22 años ganó por 6-4 y 6-3 en 1h45 a un Alexander Zverev que se hundió físicamente en el segundo set, hasta el punto de tener que ser atendido por el médico del torneo, y se las verá por 14ª vez con el actual número uno del mundo, a quien domina por 8-5 en el cara a cara. Será su tercer encuentro en este curso, tras los de Roma y Roland Garros, que se saldaron con triunfos de Alcaraz, y Wimbledon, donde se vengó Sinner. Todos fueron en finales.

Carlos dominó a Zverev incluso antes de que el alemán sufriera la pájara que le dejó sin opciones. Ahora, el balance entre ambos está igualado (6-6), tras una venganza que no fue dulce para el murciano, que perdió el anterior duelo directo entre ambos, en las ATP Finals 2024. Nadie le ha ganado tantas veces y por eso, entre otras cosas, el ganador de cinco Grand Slams le respeta tanto. “Nunca es fácil jugar contra alguien que sabes que no se siente al cien por cien, más duro si es Sascha, un gran jugador y una gran persona fuera de la pista, con quien tengo una muy buena relación. Habíamos empezado bien el partido, con buenos intercambios, buen nivel de tenis. Pero él empezó a sentirse mal y yo pensaba cómo estaría, en vez de estar concentrado en mi saque y en jugar bien. Fue una situación también difícil para mí. Le deseo todo lo mejor”, dijo Alcaraz, que ya había tenido un detalle con el hamburgués al firmar en una de las cámaras de Tennis TV: “Feliz por la final, pero sintiéndome mal por Sascha, te deseo lo mejor”.

Esta será la 29ª final ATP del titán de El Palmar, novena en Masters 1.000, primera en pista dura desde la de Indian Wells 2024, cuando derrotó a Daniil Medvedev. En lo que va de año, ha levantado los trofeos de Montecarlo y Roma, y es el único que ha repetido éxito en una categoría en la que encadena 16 triunfos (sexta mejor racha histórica), para un total de 19, más que nadie. Ningún español había podido repetir presencia en el partido por el título de Cincinnati, ni siquiera Rafa Nadal, que fue campeón en 2013.

Un set de calidad

El capítulo 12 de la rivalidad Zverev-Alcaraz, que comenzó con algo más de media hora de retraso por culpa de la lluvia, fue vistoso hasta el derrumbe del hamburgués, que había empezado sacando bien y brillando cerca de la red. Incluso tuvo un 0-40 después de un parón de 11 minutos por el desvanecimiento de un espectador. El calor, que ha hecho estragos en jugadores y aficionados, también afectó a Alexander, que es diabético y, en ocasiones, tiene problemas respiratorios que requieren el uso de un inhalador.

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Tras perder el primer set, por una rotura posterior a esa oportunidad que tuvo el teutón, que había adolecido de profundidad en sus golpes, hizo un esfuerzo que terminó pagando. Porque Alcaraz, de menos a más, ya estaba en ritmo y sacando bien, inasequible al clima, haciendo de las suyas. A pesar de todo, incluso tras ser atendido, Zverev logró ganar un juego, con un tenis directo. Pero hasta ahí llegó su resistencia. Abatido (se llegó a sentar en la pista), empezó a dejar pasar los golpes de Carlos, a no perseguirlos, y no se retiró por orgullo y respeto hacia un rival al que admira y que tuvo que centrarse para evitar despistes ante una situación anómala. “Sensación y buen lanzamiento. A lo tuyo”, le decía su entrenador en Cincinnati, Samuel López. Aunque la victoria no se le podía escapar.

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