Nakashima releva a Alcaraz
El estadounidense, el primer ganador de su país, supera a Jiri Lehecka para proclamarse campeón de las NextGen ATP Finals. Este año, ya triunfó en San Diego.
Con un torneo impecable (15-1 en sets) y barriendo a Sebastián Korda en la final, hace justo un año, Carlos Alcaraz levantaba los brazos en las NextGen ATP Finals. De alguna forma, se autoproclamaba abanderado de un futuro que, finalmente, ha sido el más presente de los presentes. El murciano, sólo 365 días después, ya es número uno del mundo. De los jóvenes y de los mayores. Un camino improbable, casi imposible, con el que, durante los próximos días, puede que fantasee Brandon Nakashima, nuevo campeón del torneo, el quinto, tras superar a Jiri Lehecka por 4-3, 4-3 y 4-2 en 1h:20. Era el segundo enfrentamiento en cuatro días entre el checo, de 21 años y 74º del mundo, y el norteamericano, de la misma edad y 49º, y tuvo el mismo desenlace. Tras la caída de Korda, Estados Unidos ya tiene a su primer campeón.
Ni Lehecka ni Nakashima prometen seguir los utópicos pasos de Alcaraz, pero sí representan a la perfección la nueva escuela del tenis mundial. Ofensivos, rápidos, ágiles, imaginativos, pero, sobre todo, poseedores de dos grandes derechas. En su primer enfrentamiento en Milán, 80 de los 112 puntos disputados duraron menos de cuatro golpes; en la final, los derechazos, como si fueran manotazos, volaban de pista a pista. Para ejemplo, el intercambio que se quedaba el estadounidense para salvar bolas consecutivas de set en la segunda manga. Como la primera, en la que llegó a estar 1-3 abajo, se la adjudicaba en el tie-break, especialidad de la casa. Ha ganado ocho de los nueve desempates que ha afrontado esta semana. Desde Wimbledon, donde alcanzó los octavos de final, su balance en este tipo de situaciones es de 14-1. En el cómputo del año, maravilloso en general, es de 31-11.
“Haz cosas”, le gritaban a Lehecka desde la banda cuando, tras ceder los dos primeros parciales, encaraba el que terminaría siendo el último juego del partido. Un grito a la desesperada ante lo que, de alguna manera, se podía intuir. El momento, la falta de experiencia y las primeras finales en grandes escenarios pasan factura. El checo cedía y Nakashima, más experimentado, levantaba los brazos. “Estoy muy feliz. Ha sido un torneo fantástico y una final muy dura, muy contento. En una final siempre hay momentos de presión, de nervios, pero me he recuperado rápido (tras las dos bolas de set superadas en la segunda manga) y he encontrado mi juego de nuevo. Es un orgullo ser el primer campeón de mi país en este torneo”, valoraba a pie de pista, antes de levantar el trofeo. De tomar la herencia de Alcaraz.
Un valor de presente
Una semana inmaculada, en la que sólo ha cedido dos sets, que culmina una temporada tanto de explosión como de asentamiento en el circuito ATP, en el que ya se ha estrenado. Además de su gran papel en Londres, donde le cortó el paso el finalista Nick Kyrgios, el estadounidense estrenó su palmarés dentro del máximo nivel en San Diego. “Mi equipo significa todo para mí. Juntos hemos tenido un gran año, trabajando bien juntos. Estoy contento con el lugar en el que nos encontramos ahora y vamos a disfrutarlo”, añadía en sus primeras palabras como campeón. Antes, había soltado 19 ganadores (por sólo cuatro errores no forzados) y 11 saques directos. Un torrente de fuerza. Otro futuro que ya se puede tocar.