Gauff remonta para ser campeona de las Finals
La estadounidense evita que Zheng haga historia como primera asiática ganadora del torneo. Me decía a mí misma: “Otro punto, otra oportunidad”.
Tras acumular durante un par décadas muchas jugadoras en el circuito femenino, el tenis chino estuvo cerca este sábado de volver a recoger frutos con otro éxito que poder comparar con los conseguidos en su día por Na Li, campeona de Roland Garros en 2011 y del Open de Australia en 2014, y subcampeona de las WTA Finals 2013. Precisamente en la presente edición de ese evento, celebrada en Riad (Arabia Saudí), Qinwen Zheng desperdició una gran ocasión de hacer historia al caer en el partido por el título ante Coco Gauff: 3-6, 6-4 y 7-6 (2) en 3h04. La jugadora de 22 años y entrenada por el español Pere Riba, que hizo a Gauff campeona del US Open, podría haber sido la primera asiática ganadora del torneo. Pero la estadounidense de 20 años tiró de casta y físico para remontar.
Así consiguió darle a su país, el más poderoso del tenis femenino, un nuevo título de Maestra, diez años después del último, conquistado por Serena Williams en 2014. Gauff es la campeona más joven desde Sharapova (17 en 2004). Aunque para ella 2024 no haya sido espectacular en cuanto a títulos (solo Auckland y Pekín), nunca había ganado tantos partidos en una misma campaña (54) y mantiene una racha singular en finales sobre pista dura. Nadie había sido capaz de ganar sus primeras ocho disputadas en esa superficie. El premio para ella es suculento, el mayor de la historia de la WTA: casi 4,5 millones de euros, los mismos que puede llevarse este curso un hipotético ganador invicto de las ATP Finals.
Con más público en las gradas que en jornadas precedentes, en las que apenas se llegó a los 400 espectadores, Zheng se quedó a un paso de redondear un curso magnífico en el que fue campeona olímpica, y también en Palermo y Tokio. Lo cierra con 52 triunfos, 31 desde Wimbledon, la mejor secuencia en el último tercio, seis más que Sabalenka (26), quien meses antes le había apartado del título en la final de Australia. Contra Gauff, Qinwen exhibió paciencia para prevalecer en los intercambios largos y llevarse el primer set con un quiebre en el octavo juego. A partir de ahí, su voluntad se quebró poco a poco. La segunda manga la tenía dominada (3-1), pero Gauff reaccionó con un 4-0. Y cuando la china sacaba para empatar a cinco, con un mal revés le entregó la igualada a la americana. Zheng salió a por todas en el tercer set y le colocó a Gauff un 2-0, aunque luego perdió su ventaja, volvió a recuperarla y de nuevo la desperdició con 5-4 y servicio. Después de salvar dos puntos de partido con 6-5 para Coco, en el desempate, primero que se decide el duelo por el trofeo en la historia de las Finals, se desinfló completamente.
Mérito también de Gauff, que no perdió la fe y supo encontrar los errores, múltiples (64 no forzados), de su oponente. “Fue un gran partido. Hice lo mejor que pude para aguantar y nunca me rendí. A veces uno puede pensar que no va a ganar, pero yo simplemente aparté ese pensamiento. Me decía a mí misma: ‘otro punto, otra oportunidad’”, dijo Coco, que anotó el último tanto corriendo a por una bola enviada por su rival que había tocado la red y que no dio por perdida. No podía ser de otra manera.
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