Djokovic prevalece ante Alcaraz y jugará la final por novena vez
El serbio de 36 años frena la salida en tromba del español de 20 y este domingo va a por su séptimo título en las ATP Finals contra Sinner.
Como otras tantas veces ante otros tantos aspirantes mucho más jóvenes que él, Novak Djokovic (36 años) volvió a prevalecer. El serbio, que no se había mostrado imperial hasta este sábado en Turín, elevó su juego sobremanera en el momento preciso para abatir a un meritorio Carlos Alcaraz, que se despide de las ATP Finals en semifinales y con la cabeza alta, tras llegar más lejos de lo que su estado físico y mental auguraba. El número uno del mundo superó al dos por 6-3 y 6-2 en 1h28 y el domingo (18:00, Movistar+), deshizo el empate en el cara a cara (3-2) y jugará la final contra Jannik Sinner, con la intención de igualar el récord de siete títulos de Federer en el torneo.
“Mis hijos llegaron y me dieron mucha motivación y fuerza para combatir esta tarde. Cuando crezcan, podrán ver que hice algo dificilísimo”, dijo el titán de Belgrado después de un partido que Alcaraz inició a toda máquina. El primer punto, con subida a la red, fue una declaración de intenciones, quería ser agresivo, salir al máximo y aguantar así todo lo que pudiera. En un momento, puso contra las cuerdas a su rival (15-40).
Pero a partir de ahí, Djokovic le echó el freno. No era fácil pararlo, porque Charly iba a 300 km/h, como un AVE. Aunque poco a poco lo consiguió. Primero evitó el quiebre tempranero y después aguantó el chaparrón de primeros servicios del murciano y la presión que le metió desde el resto en el cuarto juego. Ahí el balcánico ganó un par de puntos largos y se animó, puño en alto, como si se tratará de una final. Para él, y por supuesto para Alcaraz, ninguno de sus enfrentamientos es un partido más. Eso se nota a pie de pista, donde se masca la tensión, la fuerza y el ritmo de los intercambios, la pericia y la grandeza del tenis de ambos. Djokovic esperó su momento, y en un mal turno de servicio del prodigio de El Palmar, rompió para ponerse con 5-4 y saque. No desaprovechó la ventaja.
Conato de reacción
A partir de ahí, Nole fue superior, falló mucho menos y volvió a encontrar el break para colocarle a un Alcaraz más errático, un 3-1 inquietante, que pudo ir a más de no haber salvado Carlitos, otro punto de quiebre. En cualquier caso, las sensaciones del campeón de Wimbledon no eran buenas, negaba con la cabeza mirando al box de su equipo, que no paró de animarle. Aunque a su chico no le quedaba mucha gasolina en el tanque. La reserva de la que había hablado Ferrero días antes estaba ya muy al límite, a pesar de su poderosa actuación el viernes contra Medvedev.
Por fin se hizo con un par de rallyes largos que le hicieron reaccionar a él y a sus partidarios en el Pala Alpitour. Entonces, de nuevo Djokovic salvó un 15-40 con un contraataque ganador de drive tremendo. Fue el último estertor de un Alcaraz vaciado y valiente, eso nadie se lo puede negar, aunque aún tenga que aprender de estas situaciones y de gigantes como Djokovic. Su punto para el break del 5-2 fue un compendio de sus virtudes. “Es uno de los jugadores más completos a los que me he enfrentado en mi vida”, dijo del español. Lo mejor es que esta rivalidad todavía promete… y mucho.
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