El corazón de De Miñaur lleva a Australia a semifinales
El equipo oceánico, finalista el año pasado, supera a la República Checa con una gran actuación de su líder, que inició la remontada tirando de épica.
En las primeras Finales de la Copa Davis sin la anfitriona en concurso, Alex de Miñaur, que vive y entrena en Alicante y es de madre española, quiere adueñarse del público de Málaga. En la rueda de prensa previa a su debut, lo intentó a través de las palabras: “Ahora, soy de aquí. Tengo muchos amigos en esta zona. Básicamente, es un torneo en casa”, dijo entre risas. Este miércoles, insistió sobre la pista. Con su victoria sobre Jiri Lehecka (4-6, 7-6 y 7-5 en 2h32), inició el camino hacia la remontada de Australia, finalista el año pasado, cuyo primer punto había cedido Jordan Thompson (6-4 y 7-5 en 1h54 para Tomas Machac). El dobles, conformado por Ebden Matthew y Max Purcell (6-4 y 7-5 en 1h12 sobre Lehecka y Pavlasek), completó el trabajo. En semifinales, el viernes, el país oceánico se medirá con Finlandia.
Veinte años después de su última Ensaladera, la número 28, De Miñaur pretende devolver el ‘ADN Davis’ a Australia. Contra Lehecka, dio una clase magistral de lo que significa competir defendiendo los colores nacionales. Lucha, garra, sentimiento, fe. Si alguien del Carpena no sabía con quién ir, efectivamente, Alex le dio razones para sentirse un aussie más. Casi siempre a contracorriente, prevaleció sobre uno de los talentos más interesantes del circuito. 31º en el ranking ATP a sus 22 años, esta temporada, Lehecka alcanzó los cuartos de final en el Open de Australia o los octavos en Wimbledon. Hay madera de buen jugador, pero De Miñaur la supo talar.
En Málaga, el australiano es uno de los principales reclamos. Siempre un paso por detrás de las grandes estrellas, en la Davis sí tiene los focos que muchas veces ha reclamado. Es uno de los cuatro top-20 que hay en las Finales (junto a Djokovic, Sinner y Cameron Norrie) y ejerció como tal. En el primer set, perdonó en exceso (no aprovechó ninguna de sus cinco bolas de set y Lehecka sólo necesitó dos). En el segundo, encandiló a Málaga a base de emoción. Tras ir 3-5 en contra, escaló con un break en blanco hasta el 5-5. Con esa inyección de confianza, voló (porque es lo que hace sobre la pista, de lado a lado con varias defensas imposibles) en el tie-break. Y alargó la inercia en un tercer set tan igualado como los anteriores, pero que decantó a base de primeros servicios (73% de puntos ganados con ellos) y ganadores (10).
Ilusión rota de Chequia
Antes, en un partido que se fue casi a las dos horas pese a decidirse en dos sets, Machac (78º) adelantó a la República Checa. No lo tuvo fácil. Jordan Thompson (56º) no se fue del partido en ningún momento. En un duelo de intercambios largos, de mucho desgaste tanto físico como mental, el australiano se agarró al lomo del checo tanto como pudo. Y fue mucho, porque Machac, que se lo intentó quitar de encima con insistencia, amasó hasta 11 bolas de break. Aprovechó tres. Sirvieron para ilusionar a Chequia, que llegaba a las Finales como la única selección invicta en la fase de grupos (9-0, 3-0 a España incluido), pero no para acceder a semifinales. Australia las disputará por segundo año consecutivo. Y, seguramente, con el Carpena de su lado.
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