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TENIS | COPA DAVIS

A la espera de invitación

España cierra su Davis con victoria ante Corea, pero que evite la previa en 2024 depende de recibir una wild card.

El tenista español Bernabé Zapata celebra su victoria ante Seong-chan Hong en la eliminatoria entre España y Corea del Sur de Copa Davis.
EVA MANEZREUTERS

Vladimir y Estragon esperaban a Godot en la obra de Beckett y España espera una invitación para no tener que sacar en una eliminatoria previa su billete a la fase de grupos de la Copa Davis en 2024, consumada ayer la de este año con una victoria reparadora pero intrascendente ante Corea a lomos de Davidovich (doble 6-4 a Kwon en 1h19) y Zapata (6-4 y 7-5 a Hong en 1h40), con derrota en dobles de Granollers-Ramos (6-7 (2), 7-6 (6) y 10-8 en el super tie-break).

El compendio de incomodidades que traería no recibirla es importante. En lo deportivo, la wild card evitaría ese compromiso, con mala ubicación en el calendario, justo el fin de semana posterior al Open de Australia, a principios de febrero. Y en lo extradeportivo, garantizaría una presencia esencial para que Valencia repita como sede de esta fase el año próximo, dado que la idea de la organización siempre ha sido que se juegue en países participantes. El acuerdo con las autoridades valencianas, con la colaboración del gran mecenas del deporte local, Juan Roig, era por cinco años, pero de extinguirse en caso de ausencia de la Armada, la intención es seguir optando a relevar a Málaga como sede de la fase final cuando se termine el Roig Arena, multiusos ultramoderno que se construye al lado de la Fonteta y que podrá albergar a más de 15.000 espectadores.

La invitación o no de España, que cumple todos los requisitos de la ITF y Tennium, la empresa que relevó a Kosmos como socio de la Federación Internacional en este torneo (y de la que es cofundador el extenista francés Sebastien Grosjean, algo que puede dar alas en este asunto a una Francia también eliminada), se dará a conocer durante la fase final de Málaga (del 21 al 26 de noviembre). También el rival de la fase previa, en caso de tener que jugarla.

En ese sorteo España estaría en el bombo bueno y se citaría con uno de los ganadores de los cruces del Grupo Mundial que se han disputado también esta semana, pero no tendría garantizada la condición de local.

Ocurra lo que ocurra, lo que ha dejado clara esta semana es que España necesita un paso adelante de su clase media que descargue de responsabilidades a la anterior generación, con Bautista, Carreño y Ramos ya bien entrados en la treintena.

En ese aspecto buena noticia los triunfos de Davidovich y Alcaraz. El primero, que tuvo que coger el bastón de mando de la Selección con la baja de Alcaraz, rompió una racha de cuatro derrotas y estrenó su casillero de victorias. “Es increíble ganar mi primer partido en la Davis. He visto a muchos españoles hacerlo y siempre me he preguntado qué sentían. Hoy he notado toda la presión que tienes cuando juegas por tu país. Siento que nací para esto. Lo adoro”, aseguró aliviado el malagueño. “Es una de las mejores victorias en mi carrera. Me he quitado una espinita”, dijo un Zapata que notó ante Chequia los nervios del debut en casa. Como decía aquel famoso cartel de reclutamiento estadounidense, su país les necesita.