Alcaraz gana al campeón Hurkacz para meterse en la final

Sergi Bruguera (1997), Carlos Moyá (2003), Rafa Nadal (2005, 08,11, 14 y 17) y David Ferrer (2013) intentaron sin éxito ser campeones en Miami. Con 18 años y 11 meses, Carlos Alcaraz tendrá la oportunidad el domingo (19:00, #Vamos) de conseguir el título que se les escapó a esas grandes leyendas del tenis español en el cuadro masculino (Arantxa Sánchez Vicario triunfó en el femenino en 1992 y 1993). El murciano ni siquiera tuvo que tirar de épica para vencer al vigente ganador del torneo, Hubert Hurkacz, y meterse en su primera final de un Masters 1.000.

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Con las fuerzas justas después de un duelo durísimo en cuartos el día anterior contra Miomir Kecmanovic, se mantuvo en el partido con un oficio insólito para su edad y ganó al gigantón polaco de 1,96, un magnífico sacador, en dos desempates: 7-6 (5) y 7-6 (2) en dos horas y dos minutos. Casper Ruud, noruego de 23 años y número 8 del mundo, será su rival en la pelea por el título. La perla de la Armada le ganó en su único duelo hasta la fecha, el año pasado en Marbella (6-2 y 6-4).

Finalistas más jóvenes en Masters 1.000

Alcaraz será el segundo finalista más joven del torneo tras Nadal (18 y 10 meses en 2005), que fue quien hace dos semanas le apartó del partido por el trofeo en Indian Wells. Si se proclama campeón, no habrá habido ninguno con menos edad que él en los 37 años de historia del Miami Open (1985-2019, 2021-22). Es también el quinto finalista más precoz en Masters 1.000 y sería el tercer ganador más joven en el recorrido de la categoría (1990-2022) después de Chang (18 y 157 días en Canadá 1990) y Nadal (18 y 318 en Montecarlo 2005).

Su triunfo ante Hurkacz, que se gestó a base de paciencia y control de las emociones en un encuentro muy diferente del que había disputado ante Kecmanovic, sin ritmo ni intercambios largos, es el sexto en 12 duelos contra top-10. Alcaraz no tiene golpes malos, los tiene todos buenos o muy buenos. El drive le suele correr de maravilla aunque en esta ocasión le faltó energía para hacerlo aún más definitivo. El revés lo maneja con maestría tanto paralelo, como cruzado o cortado. Por no hablar de las dejadas, una suerte en la que confía con fe ciega. Saca mejor que la mayoría de tenistas a sus años y no tiene gestos negativos, aunque las cosas no le vayan tan bien.

Mérito y paciencia

Ante todo eso se rindió Hurkacz, que venía de ganar al número dos, Daniil Medvedev, y acumulaba 13 victorias en el Miami Open entre individuales y dobles. De hecho, jugará junto al estadounidense Isner la final por parejas. En ocasiones, a Charly le costó interpretar los servicios del disciplinado tenista de Breslavia, de 25 años y diez del mundo, fuertes, variados y colocados. Cualquier otro rival se hubiera desesperado. Alcaraz no. Por eso fue capaz de prevalecer en un partido sin quiebres y a su vez salvar las tres oportunidades de break que tuvo Hurkacz. En esta ocasión se trataba de fallar menos y contuvo los errores no forzados (21). El domingo le espera un último esfuerzo con un día de descanso. Un duelo de academias, la Equelite de Juan Carlos Ferrero, que sigue al de El Palmar desde la distancia y a quien volvió a dedicarle la victoria, contra la Rafa Nadal Academy de Ruud. Pase lo que pase, Carlitos ya está ahí: es 12º del mundo y puede ser 11º. Y sube al tercer puesto en la carrera por las ATP Finals, con opciones de ser segundo si levanta el trofeo. Impresionante para un adolescente.

Resultados del Masters 1.000 de Miami.