Nadal tapona a Opelka
El español derrota en dos tie-breaks al tenista más alto del circuito (2,11 metros) y este jueves juega los cuartos (23:00) frente a Nick Kyrgios.
En Indian Wells, Rafa Nadal disputó un partido de tenis contra un jugador de baloncesto. Pero los tapones los acabó poniendo él. El español pisa los cuartos de final del Masters 1.000 tras soportar las pedradas lanzadas por Reilly Opelka desde sus 2,11 metros (la misma altura que, por ejemplo, Marc Gasol) para ganar por 7-6 (3) y 7-6 (5) en 2h:11.
Este jueves (no antes de las 23:00, #Vamos) tendrá enfrente al siempre imprevisible y peligroso Nick Kyrgios (5-3 en el cara a cara para el balear), que pasó sin jugar por la retirada de Jannik Sinner. Después de Nadal, Carlos Alcaraz buscará también acceder a la misma ronda frente a Gael Monfils. Los dos van por parte alta del cuadro y se enfrentarían en semifinales.
Opelka, 24 años y 17º del mundo, con pinta de leñador, tiene en realidad un alma sensible, buen toque con la raqueta y más variedad de golpes de los que se esperan en un tenista de esa envergadura, que declara que su superficie preferida es... la tierra batida. Fan del arte moderno, promociona en su gorra una galería de Amberes (Tim van Laere Gallery) donde exponen sus artistas favoritos. Y puso en aprietos a Nadal, que ya encadena 18 victorias seguidas, engordando su mejor arranque de siempre.
En el primer set, el campeón de 21 Grand Slams salió convencido de su plan. Había que blindarse y resistir firme las andanadas en forma de saques que le iban a llegar inmisericordes. Así que se aculó contra la valla del fondo, varios metros por detrás de la raya blanca. Desde allí restó como pudo saques a más de 230 km/h, mientras los botes de la bola subían hasta dos metros (medición de la ATP), brincando casi a la grada. El español afianzó su saque porque cualquier fallo podía costarle caro (perdió sólo tres puntos con primer servicio y ninguno con el segundo) y tras disponer de una única bola de rotura que no aprovechó se encaminó a un tie-break que resolvió con sólo tres errores no forzados en la manga.
Pero en el segundo, Opelka trasladó bien sus 211 centímetros por la pista (es el tenista más alto junto a al croata Ivo Karlovic). Y logró una rotura para 2-3 mientras el español se desconectaba por momentos y parecía renquear de ese pie izquierdo que le atormenta por una lesión crónica. Pero, una vez más, resucitó. Contrabreak para 4-4 y tensión para el fan de los Chicago Bulls, que comenzó a ver cómo el base de Manacor era capaz de saltar sobre sus tiros. Los puntos se alargaron, el juego subió de nivel y en el desempate Nadal taponó definitivamente el cañón y el camino del estadounidense.
En los pozos indios de Indian Wells, en el árido Valle de Coachella, el gran jefe de Manacor se marchó al vestuario con la tupida cabellera de Opelka en la mano. Con el cuadro aclarado y mientras otros caen (Medvedev, Zverev, Berrettini...) Nadal sobrevive. También ante jugadores de baloncesto.