Paula Badosa tuvo la desgracia de toparse este domingo en el Open de Australia con el renacimiento de una magnífica jugadora, Madison Keys, ante la que no pudo hacer nada para evitar una derrota inapelable en dos sets: 6-3 y 6-1 en 69 minutos.

La estadounidense de 26 años tiene actualmente peor ranking (51ª) que la española (provisionalmente quinta del mundo), pero ha recuperado el nivel que la convirtió en finalista del US Open de 2017, cuando se instaló en el top-10 (fue séptima). En lo que va de temporada acumula diez victorias, una menos que todas las que sumó en un 2021 de pesadilla para ella por las lesiones y la pandemia. Hace unos días fue campeona en Adelaida y ahora vuelve a los cuartos de final de un Grand Slam por primera vez desde Roland Garros 2019. En París fue semifinalista un año antes, y lo había sido también en Melbourne en 2015. Su talón de Aquiles es Wimbledon, donde ‘sólo’ alcanzó la antepenúltima ronda ese mismo curso. Se enfrentará el martes a Barbora Krejcikova, que pudo con la bielorrusa Victoria Azarenka (doble 6-2 en 85 minutos). La checa, cuarta favorita y con opciones de ser número uno si levanta el trofeo, alcanza por primera vez la quinta ronda de un torneo en el que, hasta ahora, no había pasado de segunda ronda, al apear a la campeona de 2012 y 2013.

Badosa venía de superar una “batalla” dura contra la ucraniana Kostyuk y le faltó frescura de piernas ante una rival que no tiene un golpe malo. El revés, temible, y la derecha, potente y colocada. Es una pegadora que, además, falla poco y presiona desde el primer golpe, lo que impide que contra ella haya intercambios largos. Su balance de winners y errores no forzados fue sensacional: 26 y 18.

Desesperación

“Es increíble, es mejor que yo en todo”, lamentó en la pista dirigiéndose a su equipo Paula, que tuvo un día para olvidar con su servicio. Cometió 10 dobles faltas, con porcentajes paupérrimos tanto en primeros como es segundos saques. Al resto ganó 16 puntos en todo el partido, 11 de ellos en un segundo set en el que logró romper el saque de su rival, un espejismo en el desierto que se tornó en tormenta de tenis con cinco juegos seguidos a favor de la americana para finiquitar el encuentro. Un día duro, de aprendizaje para Badosa, que tiene que trabajar para volver más fuerte. Tiene condiciones y voluntad para hacerlo.

Barty y Pegula, otro duelo de cuartos

Ashleigh Barty no falló en su tradición de llegar a los cuartos de final del Open de Australia, una costumbre que hace cuatro años y que repite en 2022 tras vencer a la estadounidense Amanda Anisimova por 6-4 y 6-3 en 74 minutos. Ambas se enfrentaron en semifinales de Roland Garros en 2019 y la australiana levantó un 7-6 y 6-0 en contra para meterse en la final y acabar campeona. Esta vez todo fue más sencillo para ella, que llegó en forma al primer Grand Slam del curso tras levantar el trofeo en el WTA 500 de Adelaida. Anisimova ganó el 250 de Melbourne y parecía volver por el camino que la convirtió en revelación hace tres años, pero se topó con la solidez de la favorita del torneo y del público local. En su haber, el hecho de romperle el saque a Ash, que desde Adelaida encadenaba 63 turnos de servicio sin perderlo.

Barty se las verá el martes con otra americana, Jessica Pegula, que pudo sorprendentemente con la griega Maria Sakkari (quinta cabeza de serie), ante quien había perdido en sus dos únicos enfrentamientos. La millonaria de Buffalo venció por 7-6 (0) y 6-3 en 1h35. Llega a la quinta ronda en el Abierto aussie por segundo curso consecutivo.

Cuadro femenino del Open de Australia.