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TENIS | MASTERS 1.000 MONTECARLO

Nadal XI de Montecarlo

Rafa Nadal gana su undécimo título en el Principado (récord) con 6-3 y 6-2 sobre Kei Nishikori. Es su 31º Masters 1.000, desempatando con Novak Djokovic.

Actualizado a
Nadal XI de Montecarlo
ASTV

Rafa Nadal ascendió otro Everest en su inmensa carrera. Si para cualquier jugador ganar una vez el Masters 1.000 de Montecarlo, uno de los torneos de más peso histórico, sería un hito, él consiguió hoy conquistar el trofeo por undécima vez. Lo hizo tras derrotar al japonés Kei Nishikori por 6-3 y 6-2 en 1h:33 y conquistar así su primer título del año después de retornar al circuito con dudas tras la lesión en el psoas-ilíaco que sufrió en Australia. Un victoria que le impulsará, porque por fin consigue acabar un torneo, algo que no ocurría desde octubre pasado en Shanghai. 

Cuesta casi más recitar los años y los rivales a los que Nadal XI de Montecarlo ganó en sus finales que en hilvanar la crónica de su último triunfo. Albert Ramos (2017), Gael Monfils (2016), Novak Djokovic (2012 y 2009), David Ferrer (2011), Fernando Verdasco (2010), Roger Federer (2006, 2007 y 2008) y Guillermo Coria (2005) pasaron antes por lo que pasó Nishikori. Sólo el serbio fue capaz de derrotar en una final en el Principado, la de 2013, al caníbal de la tierra batida.

Nadal, después de derrotar a Grigor Dimitrov (6-4 y 6-1) en la semifinal, se fue a 'limpiar' su drive a una cancha de entrenamiento. No había quedado satisfecho con el golpe. Y como si fuera una continuación del sábado, comenzó cubriéndose el revés ante el japonés para intentar que su mejor arma fuera la que le diera el triunfo. No estuvo fino de inicio. Y llegó el break (2-1) del nipón. Esa rotura espoleó a Nadal, que comenzó a alargar los puntos y le castigó con dos breaks marcando distancias. Nishikori, ahora 36º del mundo y que subirá al 22º, sufrió un desgarro en su muñeca derecha y estuvo seis meses parado en 2017. Para él era un test de altura.

En el segundo parcial, la resistencia del de Shimane, un jugador rápido de piernas y de manos, fue aflojando porque el nivel del campeón no bajaba. El suyo era bueno, pero no suficiente en la balanza de la arcilla, donde el balear pesa toneladas. Casi sin darse cuenta, Nadal ya estaba 4-1 y entreabría la puerta en el Monte Carlo Country Club. Un set en el que sólo perdió cuatro puntos con su saque. 

Los números retratan el poderío de Nadal. Si el año pasado logró el décimo título en Montecarlo, Godó y Roland Garros, en 2018 ya tiene el undécimo en el primero de su particular trilogía. Encadena una racha de 36 sets consecutivos sin tacha en tierra (desde cuartos del año pasado en Roma ante Thiem), logra su 31º Masters 1.000 (desempatando con Djokovic) y el 54º título sobre tierra, superficie donde luce un balance de 396-35 y 68-4 en Montecarlo. Y sigue número uno. Montecarlo y la tierra son su paraíso.