WTA | ENTREVISTA A CARLA SUÁREZ

"Más que una liberación, Doha ha sido una recompensa"

Carla Suárez (27 años, Las Palmas) ganó el Premier 5 de Doha, equivalente a un Masters 1.000, y alcanzó el ránking más alto de su carrera: sexta.

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"Más que una liberación, Doha ha sido una recompensa"

Lleva en el circuito desde 2003, pero se le resistía un título importante. Sólo tenía el de Oeiras en 2014, y el año pasado perdió las finales de Miami y Roma. No llegaba el momento. ¿Doha ha supuesto una liberación?
—Más que una liberación, una recompensa. No es nada fácil ganar un título así. Durante muchas semanas estás rodeada de las mejores jugadoras del mundo y no se trata de ganar un partido, sino seis. En Doha tuve muy buenas sensaciones y pude culminar.

—¿Cree que le puede dar el impulso definitivo?
—Sí, a mí me da más confianza y mis rivales tendrán en mente que puedo ganar ese tipo de torneos. Les intimidará un poco.

Figura como la segunda jugadora del año en puntos. Sólo por detrás de Angelique Kerber. ¿Qué le dice el dato?
—¡Puf! Que el año es muy largo, y que quiero aprender de las vivencias de 2015. Comencé muy bien y luego, por desgaste mental y físico, no funcioné. Quedan muchísimos puntos en juego y quiero luchar por ellos.

Jugará dobles con Garbiñe Muguruza en Indian Wells

Carla y Garbiñe Muguruza (4ª del ránking) jugarán su primer dobles del curso juntas en Indian Wells (desde el 9 de marzo). El año pasado llegaron a la final del Masters, pero la hispanovenezolana decidió centrarse más en el individual. Son opción de medalla en los Juegos de Río 2016.

—Hablaba del año pasado. Llegó al top-ten pero, tras Wimbledon, encadenó siete derrotas en primera ronda. Se torció todo. ¿Qué pensó entonces?
—Perdí confianza y a estos niveles es dificilísimo recuperarla, porque la competición está muy igualada. Trabajaba y entrenaba, y las cosas no salían como quería. Pero sabía que tenía que insistir y en octubre comencé ya a jugar mejor.

—Ha mejorado un montón físicamente. Eso está solucionado. ¿Pero era también un problema de creérselo? Sus técnicos le exigían más nervio, más mala leche. ¿Ya la saca?
—Sí. Al final pequeños detalles mentales deciden los partidos.

—Dice Xavi Budó, su técnico junto a Marc Casabó, que lo mejor está por venir, que tiene mucho margen de mejora ¿De acuerdo?
—Sí. Puedo mejorar mentalmente. Física y tenísticamente el nivel ya está ahí. También me entreno para ser más agresiva, más intensa durante más tiempo. Cada vez quedan menos cosas por pulir.

—Decía el año pasado que no se conformaba con estar entre las diez primeras. ¿Con qué no se conforma ahora?
—Quiero pasar la barrera de cuartos en un Grand Slam e intentar subir en el ránking. Sobre todo, ser lo más regular posible en los grandes torneos para hacerme respetar por las rivales.

—Garbiñe Muguruza hizo un año fantástico y ahora afronta un bache. En la ATP, los de arriba son más regulares ¿Por qué en el femenino no?
—Porque el circuito está muy igualado. Hay mucho desgaste y quizá los chicos lo sepan llevar mejor. Además, los diez de arriba marcan más la diferencia y en la WTA las puertas están más abiertas. Es interesante para nosotras y para el aficionado.

—¿Qué espera ahora de la gira de pista rápida por Estados Unidos?
—Mucha igualdad. Aquí no te puedes despistar, en cuanto bajas la tensión, hay alguna que te come.

—¿Cree que su mejor momento llegará en la tierra?
—Ya da igual. El 80% de los torneos son en rápida y consigo buenos resultados, como en Doha. Se va equiparando.

—¿Le gustaría también jugar el dobles mixto en Río?
—Sí me hace ilusión, aunque haya que afrontar tres competiciones en una semana. Si Nadal, Ferrer, Bautista, Feliciano o Verdasco están dispuestos a jugarlo, adelante.

—Pacificada ya la Federación y con dos top-ten, ¿la Copa Federación pasa a ser un objetivo?
—Sí. Pero jugamos una eliminatoria complicada contra Italia en abril por subir. La ilusión está ahí. ¿Ganarla? ¡Eso son palabras mayores! Dependerá del compromiso del grupo.