La Marcha Bedelalsa cumple 10 años con final inédito
La prueba salmantina, que recorre la Sierra de Béjar, terminará por primera vez en la subida a El Travieso
El pueblo salmantino de Béjar es uno de los puntos de tradición ciclista por excelencia en nuestro país. Cuna de escaladores como ‘Lale’ Cubino o Roberto Heras, y en sus inmediaciones han crecido otros como Santi Blanco o, más recientemente, Moisés Dueñas. Todos criados al amparo de la Escuela Ciclista Bejarana, una entidad con prácticamente medio siglo de historia de enseñar y formar a través de la bicicleta.
Pero además de eso, Béjar también tiene su marcha cicloturista. Se están convirtiendo las Gran Fondo casi en un sucedáneo de los festivales de música, que ya prácticamente cada pueblo tiene el suyo. Bromas aparte, la Marcha Cicloturista Bedelalsa celebra su décimo cumpleaños el próximo 21 de mayo de 2023, y para eso ha presentado un recorrido novedoso y con un final distinto al que nos tenía acostumbrados.
Porque, esta vez, los aficionados que tomen la salida se enfrentarán a un nuevo final en alto de la Sierra de Béjar: el Travieso. Un ‘primo’ de La Covatilla con algo menos de altitud y rampas más o menos similares, pero mucho menos conocido para el gran público ciclista. Paradójicamente, esta subida estuvo asfaltada desde antes de la ya famosa estación de esquí, por lo que estos ciclistas que mencionábamos en el primer párrafo se han curtido subiéndolos. Que yo recuerde, en el ciclismo profesional sólo se ha subido una vez, con victoria de Alejandro Valverde en la Vuelta a Castilla y León de 2016.
El puerto tiene 14 kilómetros si lo tomamos desde Béjar y algo menos de 11 si se cuenta desde el precioso pueblo de Candelario, que realmente es la parte ya más constante, porque entre ambas localidades lo que hay es un repecho y posteriormente un falso llano. En cualquier caso, se puede considerar que lo duro -o al menos, lo de más entidad- son los nueve finales.
Nos encontramos en ese terreno, a partir de una primera rampa del 11%, con una subida muy constante que va a oscilar siempre entre el 7,5 y el 8,5%, con algunos picos de hasta el 12. Se gana altitud con bastante rapidez y nos quedamos, en su cima, a 1.848 metros sobre el nivel del mar. Nada desdeñable, en los límites en que la altitud empieza a tener efectos sobre el cuerpo por las condiciones de oxígeno.
Para quienes no quieran enfrentarse a las rampas finales, hay una versión ‘corta’ de 133 kilómetros y más de 2.500 positivos con final en Béjar. Las inscripciones salen el 6 de enero, las plazas son limitadas y los primeros 500 inscritos tienen un descuento importante, por si os cuadra. Como siempre, desde aquí se celebran todas las innovaciones en los recorridos para presentar rincones nuevos y desconocidos al cicloturista. Que más allá de calentarse el pecho y apretarse la cara de vez en cuando, lo del cicloturismo también va de eso.