El Puerto del Sol sale del anonimato: te descubrimos el ‘Alpe D’Huez del Sur’
La Vuelta a Andalucía 2023 ascenderá este puerto malagueño por primera vez en la historia del ciclismo profesional, con 17 kilómetros y mucha belleza y dureza en los ocho finales
Creo que alguna vez os he hablado de pasada del que es, sin duda, mi puerto favorito de la zona donde vivo. De hecho, recuerdo aquella propuesta de recorrido para la Vuelta a España que publiqué aquí hace ya tiempo y que tanto recorrido tuvo, en la que se incluía la subida a este puerto que todavía es inédito en el ciclismo profesional. Pues bien, el Puerto del Sol saldrá del anonimato el próximo 19 de febrero de 2023 gracias a la Vuelta a Andalucía.
La ronda andaluza lo va a incluir como puerto de paso para meter dureza y partir el pelotón en la última etapa, que saldrá desde la localidad granadina de Otura y terminará en Alhaurín de la Torre. La jornada tendrá 184 kilómetros y la cima del puerto se coronará poco después de la mitad, en torno al 100. No va a decidir la carrera, pero seguro que hará adelgazar al gran grupo y algunos equipos quedarán en cuadro.
No voy a decir, obviamente, que el puerto se haya incluido gracias a este que os escribe. Sobre todo porque estaría faltando vilmente a la verdad. Pero sí que en ediciones anteriores he tenido la oportunidad de sugerirlo a la organización de la carrera, y de verdad que estoy muy contento de que se pueda mostrar en la carrera.
Y a continuación os traigo la radiografía del puerto, que es largo, duro y, sobre todo, muy bonito. Además, la carrera vendrá desde el más conocido Ventas de Zafarraya, que en esta ocasión no suben, sino que lo bajan. De ahí, poco antes de llegar al Puente Don Manuel, tomarán un desvío a la derecha donde ya empieza el terreno previo al puerto. Dos kilómetros hasta llegar al conocido como Puente de Matanza -donde había una estación de tren hace ahora un siglo, convertida actualmente en restaurante-, el lugar donde, ahí sí, la carretera se vuelve mucho más desagradable. En el dibujo se puede ver señalada cerca del kilómetro cuatro de ascenso.
Empieza la primera parte del puerto, que nos llevará hasta el pueblo de Periana. Hablamos de cuatro kilómetros en los que el 10% es una constante, e incluso alguna vez se alcanzan picos del 12%. Después de esos kilómetros duros, la aproximación y el paso por Periana son prácticamente planos.
Superamos el pueblo famoso por sus melocotones -uno de los refranes de la comarca dice que el melocotón de Periana se come sin ganas- y seguimos por una carretera llana durante otros tres kilómetros. Lo bueno viene ahora. Giro a la derecha tras dejarnos una fuente a mano izquierda -que, por cierto, pasé por ahí hace unos días y estaba completamente seca- y tomamos dirección a Alfarnate. Y, de repente, empieza el ‘show’.
Rampas que son, por mucho, de doble dígito se mezclan con algunos descansillos. Se suceden las curvas de herradura y, lo más importante, desde que empieza este ascenso es mucho más fácil encontrarse una cabra que un coche. De hecho, hace unos años, la tozudez de uno de estos animales casi me revienta el motor del mío, al no querer quitarse de la carretera en una rampa del 13%. El calentón fue curioso. Lo dicho. Carretera estrecha, curvas que te hacen girar casi 180 grados y rampas que llegan a alcanzar el 15% en algunos puntos. La pendiente media de esos casi ocho kilómetros finales ronda el 8%, pero no son constantes salvo, quizá, los dos últimos. El resto es prácticamente una escalera.
Para que entendáis la magia de este puerto, se juntan varios factores. De hecho, los aficionados de la zona suelen compararlo con colosos mucho mayores y más duros, pero a los que recuerda por la fisionomía del ascenso y el paisaje que rodea la subida. El Alpe D’Huez del Sur le ponen algunos, porque si la leyenda alpina acumula 21 curvas a lo largo de sus 13 kilómetros, el Puerto del Sol suma un total de 22 en poco más de la mitad de terreno. Una auténtica pasada. Con la consiguiente ganancia de altitud y, por tanto, de panorámica de cada curva respecto a la anterior.
Otros lo llaman el Mont Ventoux de Málaga… porque a medida que se va subiendo, la vegetación pierde protagonismo sobre todo a la derecha de la carretera para dejar un paisaje de roca que recuerda a la bestia francesa. Y, también, porque como al poniente le dé por soplar, cada kilómetro de puerto va a ser más complicado que el anterior, especialmente la última recta antes de la cima. Desde la que, por cierto, se ve toda la comarca de la Axarquía hasta el mar hacia el sur, la llanura de Alfarnate y los confines de la provincia de Málaga hacia el norte y oeste, y Sierra Nevada asoma por detrás de Sierra Tejeda al oeste. Incomparable.
De verdad, os invito a que estéis pendientes de la tele el próximo 19. La Vuelta a Andalucía va a descubrir un puerto de entidad y muy bonito. Y, si en algún momento venís a Málaga a dar pedales entre rato y rato de playa, no dudéis en acercaros. No os va dejar indiferente.