Castro-Castro, una marcha con tradición, esencia y sin clasificaciones
La cita cántabra, que se celebrará el próximo 16 de abril, ya tiene abiertas sus inscripciones con un cupo máximo de 1.000 participantes
Aunque hemos comentado alguna vez de pasada sobre ella, creo que todavía no os había hablado en serio de una marcha a la que le tengo un cariño especial porque la conocí en los años que viví en Cantabria. Además, es una prueba que guarda cierto paralelismo con una de las grandes del calendario nacional como es la Bilbao-Bilbao.
Os hablo de la Castro-Castro. Una prueba ciclodeportiva que recorre la mitad este de la región de Cantabria. Y que, en estos tiempos en los que gustan tanto los chips, las clasificaciones y los tramos cronometrados, mantienen igual que su ‘hermana mayor’ bilbaína la esencia del cicloturismo más puro en la que no hay clasificación ni orden de llegada.
El recorrido tiene 99 kilómetros que lo hacen más o menos asequible para cualquiera que esté medianamente en forma, y un desnivel acumulado algo superior a los 1.700 metros positivos. Y el precioso pueblo marinero de Castro Urdiales es el que da nombre a la cita además de albergar la salida y la llegada.
Las principales dificultades montañosas de la marcha son la subida a La Escrita, con unos seis kilómetros de ascenso a una media cercana al 5% y sin grandes porcentajes. Alguna rampa un poco más seria hay que superar para subir a La Seña, el segundo puerto del día, que tiene algún pico cercano al 12%, aunque realmente es sólo un espejismo pues la carretera se vuelve otra vez más amable.
En cualquier caso, el que no sea una marcha competitiva y no tenga clasificaciones no significa que no haya ciertas exigencias. Con un cupo de 1.000 participantes, la organización ha dispuesto unos horarios de cierres de control que habrá que cumplir para quien quiera seguir en la marcha. Hay un total de cuatro horas y media para completar el trazado y varios puntos de paso, coincidiendo con las cimas de los puertos.
La inscripción ya está abierta, se sitúa en 40 euros para aquellos que tengan licencia en vigor y garantizan talla del maillot conmemorativo a los 500 primeros inscritos. De verdad que la recomiendo para quienes quieran echar una mañana de ciclismo en un entorno precioso, con una carretera amable y de enormes paisajes y gastronomía.