El talento clave que comparten los campeones: generosidad
La generosidad del líder responde a la fórmula ‘win-win’: si su talento eleva al equipo, el equipo le eleva a él.
Hay muchos tipos de campeones, pero hay uno que es especialmente determinante en la historia del deporte. Hoy hablamos de un talento, un atributo, una cualidad, que distingue a un auténtico campeón o líder nato: la generosidad. No, no hablamos del deportista que lo gana todo, porque de esos hay muchos y no todos pasan a la historia. Ser un campeón no va de ‘a ver quién gana más’, sino de a ver quién gana ‘mejor’. Los grandes deportistas son grandes no solo porque son buenos en algo, sino porque su generosidad hace que los demás también lo sean.
Hoy recordamos -y reivindicamos- dos grandes figuras, distintas, pero con elementos en común. A simple vista, casi diría que físicamente son antagónicos, jejeje, pero en su interior, están hechos de la misma ‘buena’ pasta.
Michael Jordan está considerado como el mejor jugador de baloncesto de la historia, pero, ¿qué sucede si su equipo no lo es? Jordan era un jugador tremendamente talentoso y siempre había sido el máximo anotador de su equipo. Era indiscutible y era el jugador más poderoso de la NBA. Sin embargo, su equipo, los Chicago Bulls, jamás habían sido capaces de ganar ningún anillo de la NBA. ¿Era entonces Jordan el mejor?
Que su equipo no tuviera ningún anillo era frustrante para un jugador como él, hasta que su entrenador Phil Jackson, ganador de diez anillos como entrenador y otro más como jugador, le retó, y provocó un gran cambio en Jordan. Le dijo que a partir de un determinado día iba a dejar de valorarle por los puntos que anotara y empezaría a valorarle por los puntos que hiciera que su equipo ‘anotara’. Jackson quería que Jordan fuera más allá.
Los grandes deportistas son grandes no solo porque son buenos en algo, sino porque su generosidad hace que los demás también lo sean.
Un talento común de los ‘números uno’ es la generosidad. Porque de nada sirve tener un talento extraordinario si no lo pones generosamente a disposición de tu equipo para hacerlo mejorar. Cuando Jordan entendió esto y se comprometió con este reto su equipo, los Chicago Bulls, fueron capaces de ganar seis anillos de la NBA. El talento individual no es suficiente. Pero el talento individual bien dirigido, eleva y mejora a todo el equipo.
La generosidad del líder responde a la fórmula del ‘win-win’. Un excelente jugador puede marcar muchos goles o puntos, pero no puede ganar sin no lo hace también su equipo. Si tu crecimiento eleva al equipo, el equipo te eleva a ti. En la historia reciente de nuestro equipo tenemos un caso extraordinario de líder generoso. Hablamos de Andrés Iniesta, una figura clave sin la que es imposible imaginar los éxitos de la Roja.
Iniesta no es un líder al uso: no posee el carisma que solemos atribuir a las grandes figuras, porque su talento transitaba por otros poderosos caminos: sumando, confiando, entendiendo al compañero. Con Iniesta en el campo el equipo era más equipo y eso se debía a su generosidad en el juego y su capacidad de ejercer de ‘pegamento’ a lo largo y ancho del campo.
Iniesta fue capaz de mover a su equipo y llevarlo a un nuevo nivel, no porque quisiera ser el mejor, sino porque quería llegar hasta lo más alto con sus compañeros, tanto en la Selección como en el Futbol Club Barcelona. Iniesta pues, está hecho de madera de líder, porque todo el trabajo que veíamos en el campo iba dirigido hacia el bien común. Al fin y al cabo, ¿qué es un líder sino alguien que se mueve para cambiar algo no por su poder sino por su influencia? Eso pasó en su equipo, pero pasa en una empresa o en la sociedad.
Si quieres saber más sobre liderazgo, qué atributos distinguen a un buen líder y alguna que otra anécdota de líderes indiscutibles de la historia, te recomiendo que no te pierdas esta pequeña píldora en la que profundizamos un poco más.