Body scan: aprende a relajar y reconectar con tu cuerpo en solo 10 minutos

Vamos por la vida como pollo sin cabeza. Esta expresión, que Víctor Kuppers utilizó en uno de sus monólogos más vistos en YouTube, siempre me ha hecho gracia. Pero no le falta razón. Llámalo pollo sin cabeza o llámalo ir en piloto automático, lo cierto es que el ritmo frenético que impone el día a día no nos permite más que mirar hacia delante, hacia delante y hacia delante. Nos falta tiempo para llegar a todo, sí. Pero sobre todo nos falta otra cosa: nos falta atención en lo que tenemos alrededor y también en lo que somos, en lo que tenemos a nuestro alcance. En nosotros mismos.

Vivir o poner parches, esa es la cuestión

Apenas prestamos atención a lo que hacemos, intentando solventar problemas, imprevistos y obstáculos del día a día. Lo hacemos ‘de aquella manera’. No solventamos, ponemos parches. Vamos tirando. Y sí, vamos tirando… pero no nos engañemos: vamos tirando, pero no vamos viviendo. Este artículo quiere ser una reivindicación de lo importante que es detenerse y aprender a tomar conciencia, mental y físicamente, de nosotros mismos, de lo que nos rodea, de lo que hacemos y de lo que queremos, y por eso hablaremos del escaneo corporal. Porque sí, también hay que tomar conciencia de nuestro cuerpo.

Imagina que eres una brújula y deseas llegar a un determinado destino. A menudo vamos tan deprisa que un ligero cambio de rumbo, imperceptible, pero mantenido en el tiempo, hace que finalmente no lleguemos al sitio que habíamos previsto en un principio. ¿Te ha pasado? Para eso existe el escaneo corporal: una práctica que nos ayuda a poner foco en el presente y nos permite conectar el cuerpo con la mente. ¿Por qué es necesario? Porque nuestra mente escucha lo que nuestro cuerpo le dice.

¿Qué es el escaneo corporal?

La ‘madre’ del body scan es el mindfulness, del que aquí ya hemos hablado en varias ocasiones. En concreto, el escaneo es una meditación guiada que nos ayuda a tomar conciencia de cada una de las partes del cuerpo. Tomar conciencia es lo primero que tenemos que hacer si queremos que se relajen. Porque si no sabemos qué son y dónde están, no podemos poner el contador a cero, que es de lo que se trata.

Lo que hacemos cuando ‘escaneamos’ es recorrer una a una todas las partes del cuerpo, exactamente como si fuéramos una especie de impresora-escáner. Según avanzamos a lo largo y ancho de nuestro cuerpo, tomamos conciencia de esa parte y la llevamos física y mentalmente a un nivel de relajación y recuperación que nos permite dejar de anticipar problemas.

El escaneo corporal es muy recomendable para reducir el estrés en nuestro día a día y también es especialmente en el ámbito deportivo. ¿Por qué? La intensidad física a la que somete un deportista a su cuerpo deriva en estrés y este, a su vez, puede venir acompañado de pensamientos y emociones perturbadoras, impidiendo que mente y cuerpo estén alineados y conectados. El escaneo corporal o body scan reduce o aleja su mente de elementos externos no necesarios que no dejan ver todo lo esencialmente importante, pero sus efectos van más allá.

En primer lugar, enseña al deportista a identificar o detectar sensaciones físicas ‘no habituales’, algo clave para reducir el riesgo de sufrir lesiones. En segundo lugar, escanear nos ayuda a tomar conciencia de esas señales físicas que pueden pasar desapercibidas enseñándonos a familiarizarnos con el lenguaje en el que se expresa nuestro cuerpo.

Por último, escanear aumenta la capacidad de concentración del deportista, mejorando el autocontrol. En efecto, el body scan nos ayuda a poner el foco en el presente más tangible, lo que nos aleja de todas las preocupaciones que un futuro incierto genera. Piénsalo: si nos centramos en el presente, soltamos el lastre de las emociones que nos deja el pasado y las que se arremolinan en el futuro. Conseguimos así nuestro objetivo: reposar.

¿Quieres probar el body scan sin salir de casa?

Si quieres probar está técnica, aquí te dejo un acceso directo para poder acompañarte a lo largo de todo el proceso. Solo necesitas 10 minutos (sí, solo 10 minutos) en los que te ayudaré a aflojar cada parte del cuerpo y de tu mente, focalizar tu atención y conseguir nuestro objetivo: eliminar la tensión muscular y que puedas recuperarte de la fatiga de un duro entrenamiento o competición (o el mero agotamiento del día a día). ¡Te espero!