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CORAZÓN DE BALÓN

Pepe Casal, el escultor del cuerpo de Pau Gasol

El pívot, que verá como se retira su camiseta esta noche, pasó de pesar 89 kilos a 116 gracias a este gallego.

Pau Gasol posa en la sesión de medios de Los Angeles Lakers. Octubre 1, 2012. California.  (Photo by Harry How/Getty Images)
Harry HowGetty Images

Parece que ya no nos acordamos, pero antes de convertirse en la leyenda que es hoy, Pau Gasol tuvo que hacer una gran transformación. Allá por el año 2000 el catalán era un chaval con una estatura fuera de lo normal y extremadamente delgado.

“Pau, eres un tirillas tío. Si con ese cuerpo estornudas y te caes para un lado…”, le dijo Pepe Casal por aquel entonces. Una dolorosa verdad que el gallego no escondió al de Sant Boi, que comenzaría de su mano una espectacular metamorfosis que le hizo pasar de 89 a 116 kilos.

Quién es Pepe Casal

El primero al que Pau nombró en el discurso de su retirada, ‘Pepiño’ para sus amigos y sus colegas del basket, fue clave en la trayectoria profesional de Pau. Vigués, que destacara como velocista en su época escolar, mostró sus inquietudes deportivas mientras estudiaba en Santiago, creando el Club Universitario de Atletismo.

Llegó al baloncesto como preparador físico, simultaneando su cargo de funcionario de la Xunta con la preparación de las selecciones juveniles hasta que en 1999 su admirado Aito García Reneses, en aquel momento entrenador del Barca, le llama para un encargo muy concreto. “Pepe, tengo a dos chavales en el equipo con un gran talento; pero con un físico que necesita moldearse, y creo que tu eres la persona adecuada para lograrlo”.

Pepe acepta el reto, pide excedencia y se va a Barcelona a cumplir el encargo. Allí se encuentra con Gasol y Navarro, que eran los jugadores a los que se refería Aito. Navarro ya destacaba, mientras que Pau era más llamativo por su estatura y extremada delgadez. Pepe ya había trabajado con Fernando Martín para fortalecer el tren inferior del trágicamente desaparecido jugador madridista y ahora se encuentra con un jugador inteligente pero algo vago, al que hay que fortalecer si quiere competir a alto nivel. Desde el principio basa sus objetivos en que gane peso, adquiera más músculo sin perder velocidad.

Al principio, fue difícil para él, no había días libres. Si quieres trabajar la fuerza tienes que ejercitarte cada día en el gimnasio, no vale con tres ‘diítas’…”. “No había ni un sólo día de descanso, trabajábamos duro cada verano. El de después de perder las Finales de 2008 dijo que quería ser el mejor de la NBA o uno de los mejores...y lo fue”, cuenta Casal.

“Es difícil hacer ganar masa muscular a un biotipo como el de Pau, tan delgado”, reconoce el gallego. “Pau pesaba 89 kilos entonces con 2,12 de estatura, estaba muy delgado. El primer test de pectoral lo hicimos con 30 kilos y le costaba trabajar la fuerza, la clave era trabajar diferentes grupos musculares diariamente, sin descanso”, explicó Casal.

Mediante una dieta adecuada y múltiples horas de trabajo, Pepe no solo logra mejorar su físico, sino que también le convence de que el talento sin trabajo y esfuerzo no basta. A ambos se les escapan unas lágrimas cuando logran que la báscula marque cien kilos.

No metíamos mucho peso, lo que buscábamos era la velocidad, moviendo el número máximo de vatios. No hacíamos 8, 10 o 12 repeticiones, repetía hasta que el movimiento fuese lento. Así fue cómo ganó masa muscular sin perder velocidad”, contaba Pepe.

La inspiración de Kobe

Desde su marcha a la NBA en las vacaciones de verano Pau contrataba a Pepe Casal para ayudarle a mantenerse e incluso mejorar su forma física. En plenas vacaciones, Pau y Pepe completan 54 sesiones de preparación física en el verano de 2.002; 62 en el de 2,003; 57 en el del 2.004; 86 en el del 2.005. En el 2006 Pau consiguió el oro en el Campeonato del Mundo en Tokio, donde fue considerado el mejor jugador del torneo.

El último año de Memphis llegó a su máximo, 116 kilos. 120 con un cuerpo como el suyo ya era muy complicado a no ser que usáramos ya sustancias como esteroides o anabolizantes, cosa que ni se nos pasó por la cabeza. Y no estaba ‘gordito’, se mantenía delgado”, recuerda Casal. Había una buena razón detrás . “Se puso así de fuerte porque aquel verano (el de 2007) conoció a Kobe Bryant”.

“Me ayudaste cuando era un tirillas y tenía que dar un cambio físico para poder jugar contra hombres”. Así se lo reconoció, en su despedida, Pau a Pepe Casal, y seguro que esta noche cuando vea retirado el dorsal con el que ganó dos títulos de la NBA.

Han pasado más de veinte años desde que Pepe Casal se cruzó en la vida de Pau Gasol. Hoy, al vigués afincado en Santiago le apasiona más la pesca fluvial que el baloncesto, mientras que el gran jugador catalán, sigue siendo igual de humilde y sencillo que aquel larguirucho “tirillas” de 1999. Una historia que nos recuerda que no hay gloria sin esfuerzo.