Guía para la fiesta del Freeride
Del 28 de enero al 2 de febrero se celebra la Freeride World Tour en Baqueira Beret
Si a una cabra montés le pones unas tablas y la dejas en la montaña, en todo lo alto, ya tienes un freeride. Una mutación del esquiador alpino que se tira por paredes imposibles con las condiciones de nieve más heterogéneas y difíciles, da saltos mortales hacia atrás y encima lo disfruta. Pero, además de ser la forma más libre y arriesgada de esquiar, también es la más espectacular. Si tiene la oportunidad de acercarse por Baqueira Beret el próximo fin de semana del 28, tendrá la oportunidad de disfrutar del mayor evento del freeride y en las mejores condiciones del circuito.
En efecto, Baqueira Beret, una de las paradas clasificatoria para la gran final del Freeride World Tour, cuenta con un pequeño circo natural en la base noreste del Tuc del Baciver (2644 m) que forma como un pequeño estadio - “La acogida del año pasado fue brutal para todos los participantes con un público entregado y un espectáculo que superó expectativas. En la salida se oían las ovaciones y parecía que estábamos en un estadio de fútbol” - comenta Aymar Navarro, rider y uno de los impulsores de que la FWT se celebre en Baqueira Beret -“Baqueira se encuentra seguro en el top 10 de los mejores destinos del mundo para practicar freeride, y sin duda, entre los mejores de Europa, casi a nivel de Verbier !Baqueira es Freeride!” -Afirma Abel Moga, otro de los riders locales y plata en la pasada edición.
Y es en la bombonera del Baciver donde el público podrá disfrutar de los descensos vertiginosos del freeride más cerca y más vívido de todo el circuito. Además, la organización dispondrá de espacio chill out, barra, música y plataforma del speaker para dar mayor ambiente, si cabe, a la competición.
¿A lo loco se desciende mejor?
Puede parecer que estos jóvenes esquiadores van improvisando el descenso durante la marcha, pero no es cierto. Se lo tienen muy estudiado, aunque nunca hayan podido esquiar antes en la montaña elegida.
Un mes antes de la organización cierra la montaña para preservar la nieve y las condiciones de la competición. Nadie puede pisar la montaña. De hecho, si algún competidor es sorprendido en alguna parte de la zona de competición es descalificado. Muchos de los competidores se lanzan al descenso en una montaña en la que no había esquiado nunca. Quizá los esquiadores locales tengan algo más de ventaja al conocer la zona, sobre todo en Baqueira donde es lugar es idóneo para la celebración de un evento de freeride, aunque no tanto en Vallnord (Andorra) en donde se cambia de sector cada año. En cualquier caso, ningún esquiador compite habiendo entrenado antes en el lugar de competición ¿Se tiran a ciegas entonces?
Nada más lejos de la realidad, cada rider estudia la montaña con fotografías, vídeos e in situ con prismáticos, algunos esquían en montañas con características y condiciones parecidas y luego trazan una línea que se aprenderán de memoria y a la que le serán lo más fiel posible. Es algo parecido a cuando un comando prepara una misión en territorio enemigo y se estudia los mapas y las rutas al milímetro.
En el diseño de las líneas de descenso, los riders buscan conos limpios como zona de aterrizaje para realizar sus “aéreos” y acrobacias. Algunos saltos (aéreos) se realizan de cornisas que tienen una caída de un edificio de 3 pisos, la recepción (“planchar”, lo llaman los esquiadores) debe ser en una zona libre de roquedales o árboles, por si la velocidad o el equilibrio no es controlable en un momento dado.
Durante la competición, los esquiadores tampoco se fijan en lo que hacen los otros que les preceden. Cada uno tiene su estilo, filosofía, línea o querencias. Por ejemplo, a Abel Moga le gusta salir de los primeros, con nieve en polvo sin apenas trazadas, pero Aymar Navarro prefiere condiciones difíciles de nieve y salir a mitad de la tanda.
La línea trazada por cada esquiador es su firma donde se puede leer su estilo, su técnica y su filosofía de esquí. Es personal como la huella dactilar. Y se decide días antes de la competición.
Cómo se califica cada descenso
Si quiere involucrarse un poco en la competición, por aquello de darle más emoción a la fiesta de las “descensos banzai”, debe tener en cuenta en qué se fijan más los jueces. Hay cinco características, como las virtudes de los estoicos.
[1] Dificultad y elección de la línea. Como se ha señalado anteriormente, la línea es escogida por el esquiador mucho antes de competir. Para los jueces es importante lo arriesgada que es, cómo conecta los sectores complicados en el descenso, cómo es de imaginativa y original: “¿Le hace cosquillas a la imaginación de la gente?”
[2] Control. Lo verdaderamente sorprendente de ver a una cabra montés evolucionar por una pared de 100 metros, con salientes de apenas unos 20 cm, es la tranquilidad y el dominio absoluto. Eso es lo que se les pide a los riders. Que no caigan, que no hagan salvadas, que no parezca que no dominan sus líneas.
[3] Fluidez. Un descenso debe ser interpretado como una melodía, con su ritmo y su tempo. No debe haber parones, no debe haber dudas antes de saltar grandes aéreos, no se debe abandonar la línea y confundirse.
[4] Saltos y trucos. A fin de cuentas esto también es un espectáculo. Y qué mayor emoción le da al espectáculo que grandes saltos, giros mortales, cabriolas imposibles que demuestran el dominio del esquiador sobre el terreno.
[5] Técnica. Cada esquiador desarrolla su propia técnica, lo que es difícilmente evaluable, pero si un competidor derrapa en una zona donde otros esquiadores han tallado elegantes giros, probablemente sea penalizado en la puntuación.
A quién seguir
En Baqueira va a estar la flor y nata del Freeride, pero atento a los siguientes raiders.
Aymar Navarro, El Jabalí. Un paisano del Valle de Aran, a él, entre otros, se le debe que Baqueira sea una de las pruebas del circuito FWT. Le reconocerás porque al jugar en casa la gente va a rugir en su turno y porque será uno de los riders más agresivos
Abel Moga. Estudiante de ingeniería de 21 años, también del valle, que en sus ratos libres le da por tirarse montaña abajo con las tablas y se le da tan bien que el año pasado ganó la medalla de plata en Baqueira. Su familia y amigos estarán en Baciver, así que los gritos serán ensordecedores.
Eli Marina. Con una wildcard esta barcelonesa, también estudiante de ingeniería (debe haber un virus en esas facultades), se presenta este año para salir del cajón con los mejores riders. Aunque empezó a los 15 años en esto de esquiar, a los 16 ya ejecutaba backflip (vueltas completa hacia atrás) gracias a que desde los 3 años entrenaba en gimnasia artística.
Otros esquiadores a los que echar el ojo son Maxime Chabloz el suizo actual campeón que defenderá el título esta temporada y la neozelandesa Jess Hotter con la misma misión que Maxine con las dos tablas. Y en snowboard, el americano y campeón Blake Moller y la francesa y actual campeona Tiphanie Perrotine.
Y después del espectáculo ¿Qué?
Si no le han puesto los pelos de punta los riders del Free World Tour y quiere iniciarse en el freeride, tiene una de las mejores zonas de europa con profesores estupendos. Si prefiere deslizarse por nieve pisadita, dispone de más de 170 km en sus 113 pistas con un desnivel de 1100 metros. O si prefiere, puede sumergirse en la naturaleza más prístina del pirineo les Valls D’Aneu, en las estribaciones del parque nacional de Sant Maurici y Aigüestortes. El Apreski promete con locales como la terraza Möet Winter Lounge, lo más chic del destino…y si ya la cosa se alarga en Baqueira hay varios locales con buena música y ambiente. No lo dude, en los últimos días ha caido un metro de nieve en el valle ¿Qué más se puede pedir?