Es cierto que tanto Koke como Saúl no están viviendo sus mejores momentos en el Atlético. Son las piezas fundamentales para el centro del campo del colchonero que es la principal preocupación que se tiene en el Metropolitano. No obstante lo que nadie puede entender es como cuando fue cambiado ante el Leverkusen se escucharon pitidos. El capitán rojiblanco se ha ganado a lo largo de su carrera el respeto de todos los colchoneros y los primeros que marcaron las diferencias fueron tanto sus compañeros como el propio Simeone que le arroparon y se mostraron irritados por este comportamientos. Koke es el mejor producto que ha salido de la cantera en los últimos años y su amor a los colores es más que evidente, cuando en sus inicios incluso rechazó un superofertón del Barcelona que quería hacerse con sus servicios. Lo mismo ha pasado con otras insinuaciones que le han llegado desde la Premier. El Atlético es lo más importante en su carrera y por eso tiene las ideas claras por su futuro y hasta acepta que sea junto con Saúl el chico para los recados que tiene el cholismo para el desbarajuste del centro del campo. Ha jugado en todas las posiciones y siempre asumiendo su papel de tapar los posibles agujeros que se produzcan durante el partido. Por eso los pasos a seguir tiene que ser respetar a Koke de las gradas. Siempre se deja el alma sobre el campo y luego cuando ejerce de portavoz para que se escuche la voz de sus compañeros. Es el momento de ser justo y en especial también pedir al entrenador que se aclare con la zona de creación de su bloque y que es más que urgente la llegada de un cerebro que sepa aprovechar el trabajo que hace el resto del conjunto. Koke ya es historia en este Atlético e incluso es el quinto futbolista que más partidos ha disputado durante su carrera y quiere seguir creciendo su leyenda. Koke es intocable.

El otro dato a valorar es el gol de la victoria de Morata. El segundo que consigue en la Champions en cinco años y el anterior también fue contra otro conjunto alemán. Complicado de entender porque le tuvo tanto tiempo en el banquillo y emotivo que su primer festejo buscó realizarlo con Simeone para demostrar que pese a su suplencia sigue teniendo en el entrenador a su gran referente. También destacó Felipe, que poco a poco se está convirtiendo en pieza básica en la defensa y más ahora con la lesión de Giménez y Oblak que ya son ocho los partidos en los que mantiene su portería a cero de los doce encuentros disputados. Se ha igualado a puntos con la Juventus en la zona alta del grupo y salvo cataclismo el paso a los octavos está garantizado, aunque todavía no han conseguido ese partido en el que el público y ellos mismo estén satisfechos con el papel realizado. No obstante han saltado las alarmas en el cholismo y por eso el cierre de filas que han realizado empezando por el entrenador que siempre da la cara por su gente. Hasta el momento están siendo los inicios más complicados de la etapa del argentino en el banquillo y el sábado le espera otra dura prueba contra el Athletic e intentar hacer las paces con el Metropolitano.