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Las cheerleaders de los Steelers

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Hoy os voy a contar algo que posiblemente no sepáis la mayoría. Los Steelers son uno de los pocos equipos que ahora no tienen cheerleaders. Sin embargo, ellos fueron la primera franquicia de toda la NFL en tener grupo de animadoras.

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Las Steelerettes nacieron en 1961 y fueron las cheerleaders de Pittsburgh hasta 1969, año de su desaparición. A principios de la década de los 60’, la directiva del equipo estaba muy preocupada por la falta de afición de la ciudad por el football americano. El equipo que de verdad representaba a la ciudad, y del que todos sus habitantes se sentían orgullosos, eran los Pirates de Baseball.

Para que os hagáis una idea, los Steelers ni siquiera tenían estadio propio. En algunas ocasiones jugaban en el Forbes Field de los Pirates, aunque casi siempre pedían el favor a la Universidad de Pittsburgh que les cedía el Pitt Stadium. Lo cierto es que casi nadie hizo ni puñetero caso a los Steelers hasta que llegó Chuck Noll como entrenador principal. Él creó la mítica ‘Steel Curtain’ y se puso a ganar Super Bowls como loco, pero esa es una historia que contaré en otro artículo en los próximos días.

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Así que William Day, relaciones públicas del equipo por aquella época, tuvo una idea brillante. Además de trabajar para los Steelers, era vicepresidente de un instituto de la ciudad, el Robert Morris Junior College. Era una escuela muy pequeña que no tenía programa de football, pero cuyos estudiantes habían asumido a los Steelers como algo propio. Supongo que por simpatía hacia un William Day que debía pasarse todo el día regalando entradas e intentando hacer afición entre los estudiantes.


Así que Day, ni corto ni perezoso, propuso a las estudiantes que formaran un grupo que animara los partidos. Durante la primavera de 1961 se hizo una selección de alumnas que formaron el primer grupo de Steelerettes. Fueron elegidas por su belleza, simpatía y habilidades atléticas. Además era obligatorio mantener un alto nivel académico para poder mantenerse en el equipo. Por último, era indispensable superar un examen en el que debían demostrar sus conocimientos sobre football americano en general y sobre los Steelers en particular. Ese último examen desapareció de los criterios de selección en 1964. Dicen las malas lenguas que casi todas las aspirantes lo suspendían.

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El primer grupo lo formaron Virginia Davis, Margaret Hensler, Eleanor Lineman (capitana), Dolly Merante, Margie McCormick, Sandy McEachran, Linda Walters y Barbara Bishop.

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Pero muy pronto surgió un problema. Ningún equipo profesional había tenido nunca cheerleaders y nadie sabía muy bien lo que tenían que hacer. Por fin, se decidió que lo más importante era animar a una afición que estaba acostumbrada a presenciar como su equipo era derrotado domingo tras domingo, así que ellas debían dar el do de pecho justo en los peores momentos, cuando los puntos en contra se acumulaban. Inventaron bailes y ejercicios gimnásticos que animaban a los aficionados a quedarse en el campo, y no abandonar sus asientos y marcharse, cuando la derrota era segura.


Rápidamente las Steelerettes se hicieron populares. Todas ellas eran alumnas del instituto Robert Morris, y todas ellas lo fueron hasta su disolución en 1969. Hicieron varias apariciones en televisión y dicen las crónicas que los aficionados de Pittsburgh comenzaron a interesarse por los Steelers, y a acudir al estadio, más atraídos por contemplar a las cheerleaders que por ver el desarrollo del juego. En 1962 se incorporaron estudiantes masculinos que ayudaban a sus compañeras en sus ejercicios gimnásticos. Eran conocidos como los Ingots. El asunto se fue sofisticando e incluso colocaron un cañón detrás de la end zone que disparaban mientras la banda de música entonaba la canción de guerra del equipo tras un touchdown. ¡Aquello era el no va más para la época! La historia del cañón terminó cuando fue disparado demasiado cerca del receptor Buddy Dial y la broma estuvo a punto de terminar en desgracia.

En aquella época también se crearon muchas de las normas de comportamiento para las cheerleaders que aún siguen vigentes hoy en día. Por ejemplo, estaba prohibida cualquier relación personal entre ellas y los jugadores de la plantilla. Tampoco viajaban fuera de su ciudad, algo que sigue vigente hoy en día. Las cheerleaders solo acompañan al equipo a la Super Bowl (o a los partidos en que juegan como locales fuera de su estadio, como sucede en Wembley).

La aventura duró hasta 1969. En aquella época ya existían grupos de cheerleaders en otros equipos y, además, el instituto Robert Morris tenía programa de football. Los Steelers decidieron que ya era hora de que las alumnas animaran a sus propios compañeros de estudios. El club estaba a punto de conseguir un estadio propio en ‘Three Rivers’ y Chuck Noll había llegado como entrenador principal con una nueva mentalidad, más austera y combativa, que es la que ha pervivido hasta la actualidad.


De todos modos, en 2007 los Steelers crearon su mascota oficial, llamada Mc Bearn, y algunos piensan que ese ha sido el primer paso que puede terminar con el regreso de las Steelerettes a los terrenos de juego.

Así que, si sois aficionados de los Steelers, no consintáis que nadie os eche en cara que vuestro equipo no tenga cheerleaders. Tal vez ahora no sea así, pero fue el equipo de Pittsburgh el que inició la tradición, y el que puso los cimientos de lo que se ha convertido en una de las mayores atracciones de los deportes estadounidenses.