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Pascua sigue

Actualizado a

Bueno, pues ahí tenéis a Manuel Pascua Piqueras ejerciendo de entrenador en Pozuelo, en una pista que nada tiene que ver con la Federación Española de Atletismo. Pascua tampoco está entrenando a atletas de élite (en ese momento), pero el reportaje gráfico es revelador. Quiero agradecer aquí a mi compañero Adrián Julián su paciencia y sus fotos. Ha cazado al personaje en plena actividad. ¿Legítima? Tal vez sí. ¿Ética? Tal vez no. El lunes estuve en las pistas del Consejo Superior de Deportes, que los veteranos llamamos INEF, y por allí estaban atletas de élite de Pascua, entrenándose en solitario, como Nuria Fernández.

Por cierto , que entrar en el recinto, que siempre ha sido fácil, se ha convertido ahora en algo tan dificultoso como pasar el control en un aeropuerto. Te recibe un miembro de una empresa de seguridad con aspecto de Harry el Sucio, te hace un interrogatorio formidable, te hace retroceder para que no le dificultes la visión de unos espejos que hay al otro lado de la calle, te pregunta el nombre una y otra vez, a pesar de que el día anterior ya lo has mandado, por fax, al departamento de prensa del Consejo Superior de Deportes, te pide el carnet de identidad, te vuelve a preguntar cuál es tu nombre, llama al departamento de prensa del Consejo... y luego te deja pasar perdonándote la vida.

Mientras, mi compañero fotógrafo pasó sin problemas con el coche sin que nadie le preguntase ni quién era ni a dónde iba. Es obligatorio apuntar la matrícula del automóvil. Eso se llama eficacia. Hace años quisieron expulsarme de las pistas en las que estaba para hacer un reportaje sobre los maratonianos españoles, que iban a extraerse sangre entre serie y serie de mil metros, en un test de lactatos. Pasaron por allí el jefe de prensa del Consejo, un técnico amigo mío y hasta el médico de la RFEA. Y como me negué a marcharme, pues me dejaron que estuviera allí. Curioso, ¿verdad? Por lo de la sangre, digo.

Este periódico recibió el viernes pasado una confidencia de alguien cuyo nombre no puedo revelar y montó a partir de entonces un dispositivo discreto para fotografiar a Manuel Pascua entrenando atletas. Ha dado resultado. AS ha tenido lo que en términos policiales viene a denominarse "colaboración ciudadana". Y eso me vuelve a llenar de orgullo. Hay gente que firma manifiestos, y está muy bien, y gente que incluso apela al periódico, sabedora de que AS siempre ha luchado contra el dopaje. Como la lista de atletas y de entrenadores que reclaman a voces un atletismo limpio. Junto a Pascua estaba su esposa, María José Martínez Guerrero, con la que compartí varias veces Selección. Era una chica agradable y simpática. Y una excepcional atleta.

La lista de entrenadores salió ayer. Ya os dije que me habían leído los seis puntos con la condición de no publicarlos. Yo, si fuera entrenador, también firmaría. Como no lo soy me sumo simbólicamente. Es una lista amplia. Tiene cantidad y calidad. Por cierto, sigo echando de menos a los médicos, que callan. ¿Y qué pasa con los mánagers? También callan. Yo creo que este es el momento de hablar. De gritar. De decir ¡basta ya! El atletismo debe cambiar y va a cambiar. Estoy seguro. Nos va en ello la supervivencia.

Una persona a la que conozco de cuando éramos muy, muy jóvenes ( y muy ingenuos), y que ahora ocupa cargo importante dentro del mundo del atletismo, me decía hace muy poco que "en el caso Marta Domínguez no va a pasar nada, como no ha pasado nada en el caso Paquillo". No estoy de acuerdo con él. En el caso Paquillo han pasado cosas. Por ejemplo, que ha sido sancionado con dos años, que luego se han metamorfoseado en uno, por no se sabe (yo no lo sé, al menos) qué colaboración con la Justicia. Y ha pasado que nunca más veremos a Paquillo como un héroe del asfalto. Y que sus medallas, si vuelve a conseguirlas a partir de ahora, nos darán lo mismo. Al menos a mí. Porque siempre me quedará la duda de cómo consiguió las demás.

Él dice que nunca se dopó, pero tmbién dijo que no tenía nada prohibido en su casa, y luego reconoció que sí lo tenía. ¿Por qué tengo que creerle en unas cosas sí y en otras no?

Y a todo esto hoy declara Marta Domínguez en el Juzgado de Instrucción número 24, a cargo de la juez Mercedes Pérez. Se dijo que iba a hacerlo por vídeoconferencia desde Palencia, incluso desde su propio domicilio, en atención a su embarazo, pero finalmente viajará a Madrid. Supongo que no querrá hacer comentarios a su situación, al contrario de lo que hizo Alberto García cuando le tocó declarar. Claro que Alberto dijo que no estaba imputado, cuando sí lo estaba. ¿Es que aquí todo el mundo miente?

Ya os contaré.